P11 - ¿Cuál fue el estatus de las bhikkhunis durante el tiempo del Buddha?

Por Chatsuman Kabilsingh

Cuando el Buddha permitió a las mujeres unirse a la Orden, un gran número de mujeres acogieron con agrado la oportunidad dada por primera vez en la historia de la India. Algunas querían ingresar a la Orden para escapar de la terrible vida de permanecer en la cocina la mayor parte del tiempo, algunas querían escapar de una vida de viudez sin sentido, algunas lo hacían como una moda, o simplemente seguían a sus parientes cercanos. En este último caso, algunas de ellas demostraron ser un problema para el Sangha, pero en la mayoría de los casos, estas mujeres eran sinceras en su búsqueda espiritual porque era la primera vez que disfrutaban de tal libertad.


Habían bhikkhunis que eran reconocidas por el Buddha como las más destacadas en el Vinaya, la enseñanza del Dharma, etc. Eran activas en la propagación de la enseñanza del Buddha de la misma manera que los bhikkhus.Algunas bhikkhunis eran bien conocidas en la predicación y populares entre ministros y familias nobles. Una vez un rey pidió a una monja culta explicar cierto dharma y más tarde hizo la misma pregunta al Buddha. Él se sorprendió de encontrar una bhikkhuni que expusiera el asunto del dharma de la misma forma que el Buddha. Estaba feliz y convencido de que de hecho la enseñanza del Buddha había echado raíces correctamente.


Fuente: "Women in Buddhism (Questions and Answers)"

La Historia de la Orden de las Bhikkhunis

La orden de bhikkhuni se estableció en el tiempo del Buddha y existe hasta el día de hoy. Por siglos, las mujeres ordenadas han practicado, realizado, y mantenido las Enseñanzas del Buddha, beneficiando no sólo a ellas mismas sino también a las sociedades en las que vivieron. Aquí daré una breve historia de la orden, incluyendo su difusión a otros países, y discuto algunos puntos interesantes del Vinaya.

Cuando el Rey Suddhodana, el padre de Buddha, falleció, su madre de leche y tía, Mahapajapati, junto con un total de quinientas mujeres de la realeza, fue donde el Buddha que estaba en Kalipavatthu a solicitarle el permiso para unirse al Sangha. El Buddha respondió, "No pida eso". Ella repitió la petición otras tres veces, y cada vez el Buddha simplemente dijo, "No pida eso". Nadie conocía lo que él pensaba, y no es claro porqué lo rechazó. Sin embargo, que el Buddha vacilara en aceptarla dentro del Sangha ha sido interpretado por algunos en el sentido de que el Buddha no quería que las mujeres se unieran a la orden. Por tanto, algunas personas piensan que esto no fue un problema cuando la orden de bhikkhuni murió en India aproximadamente cien años después. En nuestro estudio sobre el desarrollo histórico del Sangha de Bhikkhuni, cuando otros citaban de textos para demostrar con autoridad que la orden de bhikkhuni no puede ser restaurada hoy, nosotros debemos ser igualmente versados y elocuentes en las citas de los textos para demostrar que esto se puede.
El Buddha dejó Kalipavatthu y marchó a Vesali, que era un viaje de muchos días a pie. Para entonces, Mahapajapati había afeitado su cabeza y puesto los hábitos. Junto con quinientas mujeres reales que habían hecho lo mismo, caminó a Vesali demostrando así su determinación de las mujeres a ser ordenadas y seguir al Buddha. Una vez allí, ella se sentó a la entrada del Vihara, llorando, sus píes se hincharon y sangraban por el viaje. Ananda, el primo de Buddha y asistente vio a las mujeres, habló con ellas y se enteró de su problema. Él se acercó a Buddha en su nombre diciendo, "Mahapajapati, su tía y madre de leche, está aquí, esperándole para que le sea dado el permiso para unirse a la orden". Una vez más el Buddha dijo, "No pida eso". Ananda intentó otra táctica, "Después de todo, su tía es también su madre de leche. Ella fue la que le alimentó con su leche". El Buddha todavía se negaba. Entonces Ananda preguntó, "¿Usted no está dando el permiso porque las mujeres no tienen el mismo potencial espiritual como los hombres para alcanzar la Iluminación?". El Buddha dijo, "No, Ananda, las mujeres son iguales a los hombre en su potencial para lograr la Iluminación". Esta declaración abrió un nuevo horizonte en el mundo de la religión en general en aquel tiempo. Previamente, ningún fundador de religión alguna había proclamado que los hombres y las mujeres tuviesen igual potencial para la Iluminación.
Entonces, el Buddha dijo que él daría a las mujeres el permiso de unirse a la orden si Mahapajapati aceptaba los ocho gurudhamma -las ocho reglas importantes- como la guirnalda de las monjas para adornarse. Mahapajapati aceptó. Una de esas reglas es muy molesta para muchos eruditos buddhistas occidentales, dice que una monja ordenada aún con cien años debe inclinarse ante un monje aunque lleve ordenado solamente un día. Para los estándares occidentales, esto parece como si las monjas estuviesen siendo relegadas, pero hay otra manera de ver esto. El Vinaya cuenta la historia de seis monjes que levantaron sus hábitos para mostrarles sus muslos a las monjas. Cuando el Buddha se enteró sobre esto, hizo una excepción a aquella regla y dijo a las monjas no presentar respeto a estos monjes. Una monja, entonces, no tiene que saludar a todo monje, sino sólo al monje que es digno de respeto. Necesitamos entender cada gurudhamma adecuadamente, pues el Buddha siempre hace la excepción después de que la regla general fue establecida.
Uno de los gurudhammas menciona las sikkhamanas, período de prueba de las monjas que entrenan por dos años en la preparación para hacerse bhikkhunis. Este dice que después de que una novicia se ha entrenado con una bhikkhuni por dos años, esa bhikkhuni preceptora tiene la responsabilidad de ordenarla totalmente. No obstante, cuando el Buddha ordenó a Mahapajapati, no había novicias. Él la ordenó directamente como una bhikkhuni. Luego, ¿cómo podemos explicar que dentro de esas ocho reglas importantes, una de ellas establece que antes de llegar a ser una bhikkhuni, una mujer debe ser una novicia? En referencia a esto, un monje inglés me dijo que él creía que el gurudhamma surgió mucho tiempo después, y fue puesto a la vanguardia por los monjes, quienes eran los registradores históricos. Estas ocho reglas importantes ponen muy claramente a las monjas en una posición subordinada frente a los monjes, luego habría sido la ventaja de los monjes por lo que los registradores lo atribuyesen al Buddha.
El Buddha pudo haber dudado en aceptar a las mujeres dentro de la orden por muchas razones. Una podría haber sido su compasión por las monjas, especialmente su tía, porque los bhikkhus y las bhikkhunis recibían su alimento recogiendo limosnas en los pueblos. En ocasiones, ellas recibían muy poco, sólo un puñado de arroz, un pedazo de pan, o algunos tipos de vegetales. Imagine a la anciana reina Mahapajapati y quinientas mujeres reales saliendo a mendigar. Esto sería casi imposible porque habían abandonado tales vidas cómodas en el palacio. Puede ser que fuera de la compasión el Buddha no quisiese que estas mujeres afrontaran tal dificultad.

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P6 - ¿Es verdad que el Tripitaka segrega a las mujeres?

Por Chatsuman Kabilsingh



El Tripitaka, un gran cuerpo de textos canónicos buddhistas, contiene tres grandes partes. La enseñanza fue recogida y puesta en tres canastas llamadas pitakas. La primera parte, el Vinaya, trata de las prohibiciones monásticas y permisos para los bhikkhus y las bhikkhunis. Los Sutta, la segunda parte trata de las enseñanzas tanto del Buddha como de sus más grandes discípulos. Algunos tratan del desarrollo de la mente libre desde el contexto social mientras que otros todavía son encubiertos con los valores sociales de la India. Algunos son Jatakas o historias de los anteriores nacimientos del Buddha tejidos fuera de las historias populares de la tierra india. Estas dos partes del Tripitaka fueron recitadas en el Primer Concilio el cual tuvo lugar tres meses después del Gran Fallecimiento del Buddha. El Abhidharma, la tercera parte del Tripitaka, es la exposición filosófica de la mente y su función compuesta por posteriores comentaristas. Todas las tres partes del Tripitaka fueron registradas de forma escrita no antes del 450 A.E. (cerca del 90 D.C.).

Los materiales encontrado en el Tripitaka pueden ser divididos en dos grandes partes: Lokuttara y Lokiya. El Lokuttara trata del dharma puro que apunta a la libertad de la mente. Por su naturaleza, la mente no tiene diferencia de género. El Lokuttara dharma está, por tanto, más allá de la diferencia de género y el prejuicio.

La última parte, llamada Lokiya, es la enseñanza dentro de un contexto histórico y social. Por lo tanto, su valor está sujeto a factores sociales e históricos. Esta parte puede dividirse más bajo dos categorías. La primera parte es la que es tomada del contexto social de la India, por lo tanto mantenida y reforzada por los valores sociales de la India. Esta es responsable de la gran parte de materiales encontrados en el Tripitaka que parecen suprimir a las mujeres si leemos el Tripitaka sin entender su contexto.

La otra parte presenta claramente una actitud del Buddhismo tratando de liberarse a si mismo de los valores sociales indios, por ejemplo, el sistema de castas. El Buddha negó claramente el sistema de casta que era una medida social para dividir a las personas en diferentes castas. Él, en cambio, enfatizó que un brahmín no es el quien nace de padres brahmines sino quien llegar a serlo mediante su recta acción.
Luego él deja su punto de vista bastante claro para anunciar que los hombres y las mujeres son iguales en su potencial para alcanzar al iluminación espiritual. El logro espiritual de una mujer proviene de su propia acción, no a través de la devoción a su marido. Una vez que las mujeres fueron admitidas en la Orden, disfrutaron de iguales oportunidad para practicar el dharma. Muchas reglas del Vinaya fueron impuestas para que los bhikkhus no se aprovecharan de las bhikkhunis, por ejemplo, los monjes no pueden pedir a las bhikkhunis que laven sus trajes, mantas, etc.

En esta parte de los materiales encontramos que el Tripitaka apoya y estimula a las mujeres. Deberíamos tomar esto como el verdadero espíritu del Buddhismo. Se trata de una reforma social hecha de verdad en un intento por elevar a las mujeres para compartir la responsabilidad como uno de los cuatro grupos buddhistas igualmente responsables del crecimiento o declinación del Buddhismo.

En conclusión, podemos decir que es verdad que existen ciertos pasajes en el Tripitaka en los que se segrega a las mujeres pero que no representan el verdadero espíritu del Buddhismo.



Fuente: "Women in Buddhism (Questions and Answers)"

P4 - ¿Por qué las bhikkhunis siguen más preceptos (sikkhapada) que los monjes?

Por Chatsuman Kabilsingh



En el Theravada, los monjes siguen 227 preceptos y las bhikkhunis siguen 311 preceptos. A menudo esta diferencia conduce a la mala interpretación de que el Buddha de hecho no quería que las mujeres entraran a la orden, y entonces estableció reglas como una barrera para separar las mujeres directamente desde el principio.

Desde un estudio comparativo entre el Patimokkha de los monjes y las monjas (presentado en una conferencia internacional en estudios tailandeses, Chiengmai, Oct. 14-17, 1996) se mostró que al contar por secciones, los bhikkhus observan ocho secciones en comparación con las siete secciones por las monjas. Una sección exclusivamente para los monjes se llama “Aniyata”. En esta sección, hay dos reglas introducidas por Visakha, la líder laica partidaria en los principios del Buddhismo. Uno de ellos prohíbe a los monjes permanecer solos con una mujer en un espacio cerrado y el otro prohíbe a los monjes permanecer solos con una mujer en un espacio abierto lejos de los oídos de los demás.

En el Parajika, la primera sección del Patimokkha que concierne a las más severas ofensas, cualquier monje o monja que ha trasgredido cualquiera de estas reglas es “rechazado” en el momento en que cometió aquel acto. Hay cuatro reglas para los monjes y ocho reglas para las monjas. Las reglas adicionales que las monjas deben observar en esta sección pueden ser encontradas para los monjes también pero son clasificadas bajo el Sanghadisesa, la segunda sección que es menos severa. Habiéndolas trasgredido un monje tendrá que ir al período de ‘manatta’, una auto-expulsión temporal del Sangha. Vale la pena notar que la clasificación de las reglas fácilmente puede ser el trabajo de un período posterior en manos de los monjes.
En la sección Patidesaniya, hay ocho reglas para las bhikkhunis. Los bhikkhus tienen el mismo contenido de las reglas pero son contadas como una y clasificadas bajo Sekhiya, otra sección. Esta es una de las razones responsable del mayor número de reglas para las bhikkhunis.

En la sección Pacittiya, las bhikkhunis siguen 166 reglas en comparación con las 92 para los bhikkhus. Hay 70 reglas en común compartidas para ambos Sanghas. Luego los bhikkhus tienen otro grupo de 22 exclusivamente para bhikkhus y las bhikkhunis tienen otro grupo de 76 exclusivamente para bhikkhunis. Dentro de las 76 reglas exclusivamente para bhikkhunis, es notable que haya algunas reglas que recuerdan los requisitos de la ordenación los cuales las bhikkhunis también deben seguir, pero para los bhikkhus no están contados en el Patimokkha. Esto también ocasiona un número aparentemente mayor de reglas del Patimokkha para las bhikkhunis.Debido a las razones anteriores, las bhikkhunis llevan un número mayor de reglas en el Patimokkha que los monjes, pero en realidad siguen un grupo similar de reglas.



Fuente: "Women in Buddhism (Questions and Answers)"

¿Era el Buddha sexista?

Por Bhikkhu Metanando

Bangkok Post, Mayo 9 de 2006



La determinación de la actitud del Buddha hacia las mujeres se relaciona directamente con la naturaleza misma del Budismo, e independientemente de si el Budismo apoya o no el movimiento de los derechos humanos por la igualdad y la democracia. En respuesta a esta pregunta, uno puede argumentar siempre que no hay manera de verificar la respuesta, puesto que el Buddha falleció hace mucho tiempo en el Nirvana. Sin embargo, los pasajes del Tripitaka, que es el cuerpo de enseñanzas religiosas más grande del mundo, sirven como una buena referencia en nuestra búsqueda.

Para determinar si el Buddha discriminaba o no a las mujeres, el Tripitaka es la una única fuente histórica apropiada para referenciar. Sin embargo, el método no es simple.

La interpretación de los textos budistas depende en gran parte del método empleado en la lectura, es decir, tomando las palabras literalmente como muchos budistas tradicionalistas lo hacen, o usando una aproximación más holística, como muchos estudiosos modernos lo hacen.

Lo último también requiere el análisis crítico y el arte de leer entre líneas. Como la mayoría de los textos religiosos se transmitieron en la antigüedad, el Tripitaka ofrece información contradictoria sobre el estatus de las mujeres.

Una de las referencias clave de discriminación fuerte contra las mujeres es la leyenda sobre el origen de las monjas (bhikkhuni), en la cual el Buddha mostró su enérgica desaprobación a la ordenación de las mujeres como lo solicitó Prajapati Gautami, su tía y madre de leche. Ananda, el asistente cercano del Buddha intervino y negoció en su nombre. Como resultado, el Buddha estableció un sistema de reglas especiales, o también llamados los Ocho Deberes Principales (Garudhammas) que establecían las condiciones para la ordenación de las mujeres, y requirió que las monjas se adhirieran totalmente a ellas por el resto de sus vidas.

Los Ocho Deberes Principales son:
  1. Una monja, incluso si ha estado ordenada por cien años, debe respetar, saludar y arquearse en reverencia a los pies de un monje, incluso si éste ha sido ordenado ese día. (Los monjes presentan respeto el uno al otro de acuerdo con su precedencia, o el número de años que hayan sido ordenados).
  2. Una monja no debe permanecer en una residencia donde no hay monje alguno. (Un monje puede tomar una residencia independiente).
  3. Una monja debe esperar dos deberes: petición para el Uposatha bimensual (día de reunión), y recibir instrucciones por un monje cada quincena. (Los monjes no dependen de las monjas para este rito obligatorio, tampoco requieren recibir instrucción alguna).
  4. Una monja que ha completado su retiro de lluvias debe ofrecerse para instrucción tanto en la comunidad de monjes como en la comunidad de monjas, basado en lo que es visto, en lo que es oído y en lo que es dudado. (Los monjes sólo se ofrecen a la comunidad de monjes).
  5. Una monja que es puesta en período de prueba por violar una regla monástica de Sanghadisesa debe servir por un período de prueba mínimo de 15 días, con el restablecimiento requiriendo la aprobación tanto de la comunidad de monjes como la de monjas. (El mínimo para un monje es un período de prueba de cinco días sin la aprobación de las monjas requerida para el restablecimiento).
  6. Una mujer debe ser ordenada tanto por monjes como por monjas y puede ser ordenada sólo después de de dos años de postulación, o entrenando en los seis preceptos. (Los hombres no tienen período de postulación obligatorio y su ordenación es realizada sólo por monjes).
  7. Una monja no puede reprender a un monje. (Un monje puede reprender a un monje, y cualquier monje puede reprender a una monja).
  8. A partir de hoy, ninguna monja enseñará nunca a ningún monje. Sin embargo, los monjes pueden enseñar a las monjas. (No hay restricciones contra que un monje pueda enseñar).
La leyenda recuerda que, después de la memorización de los Ocho Deberes Principales, Ananda el discípulo del Buddha volvió para informar a Prajapati la tía, sobre las palabras del Buddha. Ella aceptó las ocho reglas sin reservas. Encantada dijo:
“Acepto los Ocho Deberes Principales, y cumpliré con ellos sin falta durante toda mi vida, como una muchacha joven o muchacho que disfrutan de su belleza, habiéndose bañado y lavado con champú, acepta una guirnalda de jazmín o lila, la acepta con las manos y la coloca sobre su cabeza”.
A parte de estas regulaciones discriminatorias contra las mujeres, el Buddha además profetizó que debido a la ordenación de las mujeres el corazón de las enseñanzas de su religión sería reducido de 1.000 a 500 años. Esto se indica en el siguiente pasaje del Tripitaka:
En aquel tiempo, el Venerable Ananda fue a ver al Bendito. Habiéndose sentado a un lado le dijo al Bendito: “Señor, Mahaprajapati Gautami ha aceptado los Ochos Deberes Principales. La tía del Señor ahora ha sido ordenada”. El Bendito le dijo a Ananda, “Ananda, si las mujeres no hubieran renunciado a sus vidas de casa y se hubieran ordenado en la religión del Tathagata, la vida santa habría durado mucho más tiempo, el corazón de la enseñanza del Budismo habría permanecido durante mil años. Como la ordenación de las mujeres ha ocurrido en esta, la religión del Tathagata, la vida santa no durará mucho tiempo. El Dhamma Verdadero sólo durará 500 años. Ananda, en cualquier religión que las mujeres sean ordenadas, aquella no durará mucho tiempo. Como las familias que tienen más mujeres que hombres fácilmente son destruidas por los ladrones, como un arrozal abundante una vez infestado por gusanos de arroz no durará mucho tiempo, como un campo de caña de azúcar invadido por el polvo roja no durará mucho tiempo, aún así el Dharma Verdadero no durará mucho tiempo. Ananda, como un hombre construye un dique circundante grande para prevenir el flujo de agua, yo prescribo los Ocho Deberes Principales para que las monjas se adhieran sin falta por el resto de su vida (Vin. II, 256).
Por supuesto, los budistas que tradicionalmente son entrenados dan por sentado que el pasaje anterior es una cita real del Buddha. Por lo tanto, lo toman para significar que las mujeres son inferiores a los hombres, y son la causa de la destrucción de la religión.

Si esto fuera cierto, entonces sólo hay una conclusión: el Buddha era sexista. Sin embargo, la palabra “sexista” es demasiado fuerte para la mayor parte de los budistas. Ningún budista tradicional querría reconocer el prejuicio del Buddha. En cambio, generalmente hasta defienden el mensaje de los Ochos Deberes Principales, reclamando, “Este es el modo en que son las cosas. Este es el Dharma del Universo, y no hay nada que podamos hacer, pero los aceptamos [Los Deberes Principales] como un auténtico mensaje del Buddha”.

Esta interpretación fundamentalista ha aislado a los budistas de la creencia en la democracia basada en los derechos humanos y la igualdad de género. El Budismo ha llegado a ser una herramienta utilizada para marginar a la mitad de la población mundial. La gente culta a menudo se aparta del Budismo en rechazo ya que ven la religión como una parte del problema más que como una solución para el progreso social.

Sin embargo, otro modo de contestar la pregunta es por medio de una lectura crítica del Tripitaka. Esta es la metodología de los estudiosos modernos. Lo que muestra claramente una imagen diferente sobre la actitud del Buddha hacia las mujeres. De acuerdo con otras secciones del Tripitaka, los Ocho Deberes Principales están en contra de los principios del Buddha sobre la compasión y la naturaleza de la humanidad. De acuerdo con la versión del Buddha del Génesis, los caracteres masculinos y femeninos surgieron como consecuencia del continuo decaimiento del mundo físico, es decir, no pertenecen a la verdadera naturaleza de la que somos. Ya que el género es sólo el aspecto externo de nuestra verdadera naturaleza, tanto hombres como mujeres están capacitados con la misma capacidad de lograr la Iluminación más alta.

Además, cuando ésta parte particular del Tripitaka –la leyenda sobre el origen sobre la orden de las monjas y los Ochos Deberes Principales– es comparada con otras partes del Tripitaka, hay muchas discrepancias y contradicciones. Por ejemplo, en los libros de Theragatha y Therigatha (salmos compuestos por monjes y monjas iluminados) vemos una situación en la cual un monje se iluminó por las enseñanzas de una monja quien, por consiguiente, fue respetada como su madre. Esto contradice la última regla de los Ocho Deberes Principales, que prohíbe a una monja enseñar a un monje.

También, la frase “de hoy en adelante” sugiere que hubiera monjas que anteriormente enseñaban a monjes, y la regla fue emitida para detener la actividad en nombre del Buddha. Esto también es apoyado por la metáfora del “dique” usada en una parte posterior de la historia. Esta parte de la historia cuenta que un dique fue construido para poner en cuarentena los campos de arroz y caña de azúcar en India una vez que un agricultor vio que los campos habían sido infectados por el gusano del arroz o el óxido rojo. El dique tuvo que ser construido en cuanto el agricultor descubrió los parásitos, pero no antes de esto. El uso de la metáfora está en contra de la lógica de la condición de que las reglas fueron impuestas antes de que se formara la comunidad de monjas. Más bien estas ochos reglas fueron post-fechadas algún tiempo después de la fundación de la orden de monjas. Estos pequeños goznes sugieren que la leyenda de los Ocho Deberes Principales fue interpolada en el Tripitaka como una parte de la enseñanza del Buddha. Parece, entonces, que los Ocho Deberes fueron el trabajo de una generación más joven de monjes que tenían actitudes negativas hacia las mujeres.

En otra parte en el Tripitaka, no vemos ninguna prueba de que las monjas actuaran como causa del decaimiento del Budismo. Al contrario, en varios Sutras, datados de antes de la partida del Buddha, nunca describen una visita de un rey a un monje para aprender el Dharma. Sin embargo, tres referencias en el Tripitaka mencionan las visitas de un rey a una monja mientras el Buddha estaba vivo. En un episodio, el Rey Pasenadi de Kosal elogió la capacidad de enseñanza de la monja Khema delante del Buddha; demandó que su enseñanza era tan buena como la del Señor mismo!

También, en los libros de Theragatha y Therigatha, vemos que las monjas budistas eran más activas que los monjes en la divulgación del Dharma. Mientras que los monjes tendieron a disfrutar viviendo una vida solitaria más bien que vivir en comunidad, las monjas tenían lazos más fuertes con la comunidad en la que ellas estuvieron muy involucradas en la enseñaza y el estudio. Un pasaje incluso describe a una monja que profesó con audacia al público: venga y escuche mi enseñanza! Tal expresión evangélica no es descrita con respecto a monje alguno en el Tripitaka. El libro de Therigatha fue la primera literatura religiosa conocida en el mundo en ser compuesto por mujeres. Esto muestra el período temprano en la historia del Budismo cuando las mujeres disfrutaban de iguales derechos con sus contrapartes masculinas.

Estas pequeñas pruebas dispersas en el Tripitaka confirman que la enseñanza original del Buddha no favoreció a los hombres sobre las mujeres. Desafortunadamente, sin embargo, elementos de sexismos son encontrados a su manera en la comunidad budista después de que falleciera el Buddha para reforzar el estatus superior de los hombres sobre las mujeres. Los Ocho Deberes Principales, según lo preparado en la leyenda sobre el origen de la orden de las monjas, se convirtieron en una herramienta social, muchas de las cuales eran profesoras excepcionales y bastante acertadas para iluminar a los monjes.

Las reglas no sólo eran parte del Canon Budista, sino que fueron hechas para cumplirse dentro de la comunidad de monjas con la repetición y afirmación cada quincena. Se sospecha que el período de represión de las monjas pudo haber durado algunas generaciones antes de que la orden de las monjas finalmente desapareciera de India. Fue poco antes de que el Budismo desapareciera también. Esta hipótesis es sustentada cuando el Budismo es comparado con el Jainismo, o la religión hermana del Budismo, fundada por Mahavira, un líder espiritual contemporáneo del Buddha.

Como el Budismo, el Jainismo fue visto como heterodoxo por los hindúes y más tarde por los musulmanes. Las comunidades budista y jainista comparten la misma estructura, que está compuesta de monjes, monjas, laicos, y laicas; los budistas adoran la estatua del Buddha, mientras que los jainistas adoran la estatua de Mahavira.

Mientras que el Budismo desapareció de India, el Jainismo no. Muchos historiadores culpan de la extinción del Budismo en su propia madre patria a la opresión musulmana, pero esta teoría no puede explicar por qué el Jainismo no fue destruido ya que las dos religiones ostentaban la misma posición para los musulmanes. La diferencia está en el tratamiento de las monjas: en el Jainismo, las monjas no fueron discriminadas como en el Budismo. Incluso ahora, las monjas jainistas disfrutan de la libertad de enseñar de igual a sus compañeros masculinos. No hay reglas tales como los Ocho Deberes Principales en la enseñanza de Mahavira.

En esta luz del análisis, las pruebas indican que el sexismo en la comunidad budista fue el responsable de la destrucción y extinción de la religión budista de su propia madre patria. Fue el resultado del karma cometido por monjes sexistas de generaciones posteriores después del fallecimiento del Buddha.

La discriminación sexual o sexismo eran en lo absoluto parte de la enseñanza original del Buddha, no excluía a nadie. El Señor Buddha, podemos concluir, no era un sexista.

Tristemente, el karma del sexismo está todavía fuerte y sano en la mayoría de los países budistas como Sri Lanka, Birmania, Tailandia, Laos, y Camboya. Solamente algunas comunidades de Sri Lanka ordenan a mujeres.

En otra parte del Sudeste de Asia, la ordenación de mujeres es ilegal. El Consejo Eclesiástico de Tailandia, por ejemplo, anunció públicamente que cualquier monje que apoye la ordenación de mujeres está sujeto a castigo severo.

Sin embargo, en la Tradición Theravada como un todo, los Ocho Deberes Principales son seguidos fielmente como palabras auténticas del Señor Buddha.

En los países Theravada, la religión budista nunca ha estado en apoyo de los derechos humanos y la justicia social. Mientras que no haya ninguna reforma al sistema de educación religioso en el Budismo y el Tripitaka, la religión seguirá siendo el obstáculo más grande para el desarrollo de la democracia y de la justicia social en estos países.

La Ordenación de Mujeres

Por Ajahn Brahmavamso



La Hermana Rocana dejó el Monasterio de Bodhinyana recientemente para tomar una ordenación ‘más alta’ en Inglaterra. Como he mencionado en el artículo en ‘Sangha News’, ella visitó Tailandia de camino y estaba algo decepcionada con lo que vio en oportunidades para las monjas allí. El lugar de las mujeres dentro del monacato Theravada es un problema no menos espinoso que algunos arbustos nativos de aquí en el monasterio! Pero no puede ser eludido. Sólo puede ser entendido en relación con el Vinaya, el cuerpo de reglas monásticas y regulaciones establecidas por el Buddha a las cuales están sujetos todo monje y monja Budista. Así en este quinto artículo de la serie discutiré LA ORDENACIÓN DE LAS MUJERES.

Bhikkhu’ es el nombre que denota al monje budista completamente ordenado. El término literalmente significa el que depende de limosnas. En consecuencia, una ‘Bhikkhuni’ es una monja budista completamente ordenada. Durante su vida, el Buddha estableció comunidades prósperas tanto de bhikkhus como de bhikkhunis. Sin embargo, el Buddha no sólo estableció más reglas de disciplina para las bhikkhunis, 311 en contraste con las 227 de los bhikkhus, sino que también hizo aún más difícil para ellas ser ordenadas.

Para ser una bhikkhuni una mujer debía comenzar por pedir la ‘ordenación’ como una sikkhamana (que significa mujer en entrenamiento) ante una asamblea de por lo menos 5 bhikkhunis. Su entrenamiento consistía en 6 reglas: los Cinco Preceptos, el tercero del cual fue ampliado para completar el celibato, más la abstención de comer fuera del tiempo de la mañana. Sólo cuando ella haya guardado estas reglas SIN ROMPERLAS DURANTE DOS AÑOS, puede, con el permiso de sus padres y esposo, tomar la ordenación más alta como una bhikkhuni. Si rompe un precepto, entonces comenzará su período de entrenamiento de nuevo. Habiéndolo completado, entonces deberá buscar una bhikkhuni experimentada con al menos 12 años para que sea su preceptora. Una preceptora tiene que ser convenida como tal por la comunidad local de bhikkhunis antes de que pueda ordenarse otra y aún entonces, sólo puede ordenar a una candidata cada dos años. La candidata primero es ordenada en una reunión formal de al menos 5 bhikkhunis y después esta ‘ordenación de un lado’ es confirmada ante una reunión formal de al menos 5 bhikkhus. Sólo entonces es una monja completamente ordenada según la tradición Theravada.

El Bhikkhuni Sangha floreció por varios siglos y se extendió en todas las zonas de Sur y Este de Asia. Parece haberse extinguido en Sri Lanka en el siglo XI (según el profesor Malalasekera) principalmente debido a la confusión civil proveniente de la invasión y la guerra. El hecho de que el Bhikkhuni Sangha no fuera reestablecido en las últimas décadas del siglo XI cuando Sri Lanka era otra vez pacífico sugiere que habían pocas bhikkhunis en tierras vecinas, como India o Birmania, a las que podrían invitar a Sri Lanka para reestablecer la tradición. Para, como se explicó antes, ordenar a otra bhikkhuni se requería como mínimo la existencia de 5 bhikkhunis, una vez que su número se redujo a menos de cinco la orden fue cerrada.

Por muchos siglos, los budistas en Sri Lanka, Tailandia y Birmania han asumido que la Orden de Bhikkhunis murió hace años y es imposible revivirla. Para compensar esto, otras tradiciones monásticas femeninas han sido establecidas por los monjes para ayudar a dar la oportunidad a las mujeres de vivir una vida meditativa simple. Tal Orden es la de las monjas de túnica blanca de Tailandia que guardan los 8 preceptos y como una monja era la Hermana Rocana. Pero siendo una adición posterior, esta ordenación carece del estado del estatus de haber sido establecida por el Buddha y carece de la autoridad de una tradición antigua y así los prejuicios sociales y culturales han sido capaces de echar raíces y prevalecer. Por esta razón, muchos monjes mayores, tal como Ajahn Sumedho en Inglaterra por ejemplo, han intentado reestablecer y construir la ordenación de novicia. Aún menos que una bhikkhuni, una novicia viste de marrón y guarda esencialmente los 10 preceptos, el último de los cuales se abstiene del empleo o la posesión de dinero. Así una novicia es más de una renunciante que de la monja tailandesa de túnica blanca, y, llevando hábitos similares en apariencia a los de los monjes, puede conseguir el mayor respeto que merece.

Incluso recientemente ha habido mucha discusión, esto es en la década pasada o algo así, de si es posible revivir la ordenación completa de bhikkhuni. Existen bhikkhunis de la Tradición Mahayana en Taiwán y Hong Kong. ‘Bhikksuni’ es simplemente el equivalente en Sánscrito (la lengua Mahayana) de nuestra ‘Bhikkhuni’, si resulta que el procedimiento de ordenación usado por las bhikksunis Mahayanas contiene los elementos indispensables de una resolución formal, poner tres veces una reunión de por lo menos 5 bhikkhunis, informándole a los reunidos que la candidata desea ordenarse como una bhikkhuni y pidiéndole su aprobación, entonces la ordenación probablemente es válida para los estándares Theravada. Si esto es así, y no tengo información alguna al respecto actualmente, entonces podemos ver la contraparte femenina completa de los monjes restaurada por la Tradición Theravada.

Independientemente de los detalles técnicos, siempre habrá que tener presente el viejo proverbio inglés: “Donde hay una voluntad, hay un camino”. A menudo me asombro de ver hasta dónde las reglas se pueden doblar bajo el peso de la compasión. Todo lo que se necesita es el motivo para hacer el doblez, y ese motivo aumentará al igual que el número de mujeres que muestran con su ejemplo una buena voluntad para entregarse a una vida de renunciante.




(BSWA Newsletter, Enero-Marzo 1990)