Dónde ubicar las mujeres

Por Phra Dhammapitaka
(Bhikkhu Payutto)

El respetado monje y académico Phra Dhammapitaka discute sobre el lugar de las mujeres en el Budismo y los retos que enfrentan, y qué tanto hombres como mujeres pueden hacer para marcar la diferencia.
Bangkok Post - Tailandia; Sept. 22, 2.001 - UNA HISTORIA DE SANTISUDA EKACHAI

Los llamados para re-establecer el Sangha como la contraparte femenina equivalente al estado de los monjes budistas nunca dejan de estar bajo la crítica severa de los conservadores, que los consideran una influencia del feminismo occidental. Pero la orden eclesiástica no puede posponer por mucho tiempo el considerar debidamente este asunto, teniendo en cuenta su deseo de obtener mayor aceptación en el proceso de "la expansión del Dhamma en Occidente".
Los argumentos en contra del re-establecimiento del Sangha de Bhikkhunis varían desde las demandas tradicionales sobre la desigualdad espiritual de las mujeres debido a su inherente "irracionalidad y sensibilidad” hasta lproblemas más concretos y prácticos de procedimiento.
De acuerdo con el budismo Theravada, que gobierna en Tailandia, el re-surgimiento de las Bhikkhunis es imposible simplemente porque no existen Bhikkhunis Theravada para ordenar y continuar el linaje que desapareció antes de que el Budismo fuese introducido en ese país.
Pero a medida que mujeres más educadas llegaron a interesarse por el Budismo, han traído nuevos cuestionamientos y desean que el clero los responda. Entre ellos: ¿Dónde se ubican las mujeres en el budismo? ¿Son las mujeres en realidad espiritualmente inferiores? ¿Cómo debería conducirse la lucha de las mujeres hacia la igualdad en las esferas religiosas? Y si el re-establecimiento de la ordenación de Bhikkhunis es imposible, ¿cuál es la mejor respuesta alternativa a las necesidades de las religiosas que desean vivir una vida ascética?
He aquí las opiniones de autoridad/autorizadas de Phra Dhammapitaka (P.A. Payutto), un respetado monje tailandés y académico budista, cuyo libro, Buddha Dhamma, es considerado una joya en la literatura tailandesa contemporánea budista.
Aparte de la controversia sobre las Bhikkhunis, el monje filósofo expresa sus opiniones sobre el feminismo y sus fortalezas y debilidades en términos del pensamiento budista. También aconseja sobre cómo la sociedad debería elevar la posición religiosa de las mujeres y cómo los movimientos sobre los derechos de las mujeres tailandesas deberían incorporar el pensamiento budista para abordar estos.
- ¿Cuál es el estatus de las mujeres en el Budismo?
Esto es obvio. Las mujeres, en el tiempo del Buddha, tenían un estatus inferior. Sin embargo, él estableció el Sangha de las Bhikkhunis como la contraparte del Sangha masculino. Eran iguales y profundamente respetadas. Por ejemplo, tenemos a Phra Moggallana y Phra Sariputta como los principales discípulos del Señor Buddha. En cuanto a las Bhikkhunis, también tenemos a Phra Khema y Phra Uppalavanna, cuya excelencia estaba a la par con la de los discípulos bhikkhus.
Existieron muchas otras Bhikkhunis sumamente capaces y sabias. Así, no existe duda alguna sobre la capacidad espiritual de las mujeres para alcanzar el Nirvana.
No obstante, si estudiamos el origen de las bhikkhunis, sabremos que éste no ocurrió sin dificultad. Y fue con gran renuencia que el Señor Buddha estuvo de acuerdo con la ordenación de mujeres.
El asunto sobre la ordenación de las mujeres debe ser visto en dos niveles, espiritual y social. Espiritualmente, el Señor Buddha reconoció, que las mujeres también pueden alcanzar el Nirvana y fue sólo por este motivo que finalmente ordenó bhikkhunis, aunque a un costo social. Socialmente, la ordenación de mujeres tenía el poder de debilitar el budismo porque hizo a esta religión, que aún era nueva en aquel momento, un blanco fácil de ataque.
También existen problemas especiales que surgen de la naturaleza misma de la feminidad que hacen que sea más difícil y peligroso para las mujeres vivir una vida ascética.
La gran cantidad de complicadas reglas y regulaciones para las bhikkhunis fueron formuladas en reconocimiento de estas dificultades. En la primera fase, las bhikkhunis vagaban solas por los bosques en busca de tranquilidad, como los monjes. Pero fueron atacadas. Entonces, el Señor Buddha tuvo que establecer reglas que requerían a las bhikkhunis vivir en templos junto con los monjes.
Debido a tales dificultades resultantes de factores sociales, el Señor Buddha tuvo que establecer varias precondiciones para las mujeres que querían ser ordenadas. Como yo lo veo, fue su propia cautela la que llevó a hacer comprender a las mujeres la dificultad que tenían por delante, y a asegurar la propia fuerza institucional de las bhikkhunis.
Históricamente, sin embargo, las bhikkhunis no duraron mucho. Esto pudo haber sido causado, en parte, por los desastres relacionados con la guerra que casi dsapareció los bhikkhu del subcontinente indio. En Sri Lanka, el linaje del budismo theravada también fue una vez casi cortado debido a las guerras con Portugal. Para continuar el linaje, tuvieron que convocar a monjes theravada tailandeses para realizar la ordenación.
Esta es la realidad histórica sobre la que tenemos que trabajar. Al comienzo, las mujeres podían ser ordenadas puesto que ellas, también, podían alcanzar la verdad última. Alguna vez tuvimos bhikkhunis que demostraron ser muy capaces.
- Hoy en día tenemos menos problemas en materia de seguridad y las mujeres disfrutan de un mejor estatus. ¿Qué cree que debería hacerse para ayudar a las mujeres que quieren dedicarse a la vida monástica?
Nuestros antecesores se enfrentaron a la misma pregunta. Por eso tenemos monjas como una alternativa. El estado de las monjas fue establecido para responder a la necesidad de mujeres religiosas que quisieran vivir sus vidas en la búsqueda de la verdad espiritual cuando no existía la ordenación de las bhikkhunis theravada.
Las monjas visten túnicas blancas y afeitan sus cabezas para distinguirse a ellas mismas de los laicos. Pero socialmente, no son vistas como iguales a los monjes.
Últimamente, sin embargo, la imagen de las monjas se ha deteriorado. En términos generales se piensa que las mujeres desconsoladas que buscan refugio o las desamparadas sin lugar a dónde ir, usan la vestimenta de las monjas como pretexto para mendigar.
Este es el problema que tenemos que solucionar. Tenemos que elevar el estatus de las monjas mediante ayuda educativa y fuerza institucional. O, podríamos optar por la creación de una institución totalmente nueva como lo hicieron nuestros antepasados cuando establecieron la vida monástica para las monjas.
En cualquier caso, incluso después de mejoras institucionales y educativas, las monjas, en la rama theravada, no pueden ser consideradas como iguales a los monjes. En cuanto a aquellos que están luchando por esa condición, aún queda la alternativa de la ordenación en la rama Mahayana. Ser una bhikkhuni todavía es posible.
- ¿Qué piensa usted sobre la pertinencia de plantear el asunto de las Bhikkhunis en la actualidad?
Es su derecho hacerlo. El problema es que si se ordenan en la rama Mahayana, serán tratadas como tales. Es como ser un monje budista chino en Tailandia. Pero no pueden utilizar la ordenación Mahayana para convertirlas en bhikkhunis bajo la observancia Theravada.
Aquí es dónde surge el problema. Como yo lo veo, debemos aceptar los hechos de manera realista. Si somos ordenados dentro de la fe Mahayana, que así sea. Debemos confiar en nuestras propias prácticas y comportamiento para obtener el respeto y el reconocimiento del público.
- Se ha informado que han habido algunos movimientos en Occidente para plantear esta cuestión y que los participantes se han contactado con algunos monjes de alto rango en Tailandia para pedir consejo.
No sé mucho sobre esto. He escuchado, sin embargo, que las mujeres también fueron ordenadas en templos, en Inglaterra, pero se les llama por un nombre diferente, no bhikkhunis. Este es uno de los esfuerzos para crear una institución que responda a las necesidades espirituales de las mujeres. Es como nuestro propio camino para las monjas pero ahora bajo nombres diferentes, tales como "Dasasila-Mata", que significa mujer con 10 preceptos, u otro grupo llamado "Sila-carini". Tales esfuerzos son normales. Donde existe una verdadera necesidad de parte de las mujeres de vivir una vida ascética y no pueden ser bhikkhunis, se establecen nuevas instituciones.
Hasta ahora, esta nueva institución no ha gozado de mucho éxito en Tailandia, pero éste podrá no ser el caso de Inglaterra, donde el entorno social es diferente.
La cuestión sobre las bhikkhunis es doble, involucra tanto la capacidad espiritual como la aceptación social. La falta de aceptación social y la situación de desigualdad implícita, no obstante, no afectan la capacidad espiritual de la mujer. En algunos lugares, donde las condiciones sociales son más favorables para las mujeres, la aceptación social de la ordenación de mujeres puede ser mucho más fácil.
- ¿Usted personalmente apoya la ordenación de mujeres?
Estoy de acuerdo con la creación de una institución adecuada. Creo que debería haber cierta reconsideración de este asunto si existe una necesidad real de parte de las mujeres de llevar una vida religiosa.
Sin embargo, esto no es algo que se pueda decidir a toda prisa. Se necesita una consideración prudente de todos los factores positivos y negativos.
-¿Qué considera que es mejor en términos de aceptación social, el camino de la monja o la creación de una nueva institución con un nuevo nombre?
El mejoramiento del camino de la monja es más eficaz en términos de aceptación social, puesto que sería la continuación de la tradición.
La situación en Tailandia y en el extranjero son diferentes. Por ahí se puede establecer una nueva institución porque todo esto es nuevo.
Pero sin importar cómo se llame, puede ser considerado como una nueva forma de camino para las monjas aunque no vistan túnicas blancas. En Tailandia, algunos grupos de monjas también visten hábitos azafrán. Pero esto sigue siendo visto como otro avance de la tradición de las monjas. Este sentimiento de continuidad de la tradición hace mucho más fácil ganar la aceptación del sector más conservador de la sociedad tailandesa.
Además, también deberíamos considerar si la creación de una nueva institución, aparte del estado de las monjas podría dar lugar a fraccionamientos posteriores y desarmonía. El mejoramiento institucional del estado de las monjas, no obstante, puede incluir tanto lo antiguo como lo nuevo y mantener la armonía religiosa.
¿En qué medida la jerarquía eclesiástica les ha prestado ayuda a las monjas budistas?
Las monjas han recibido muy poca ayuda oficial. Sin embargo, se han realizado esfuerzos para mejorar el estatus de las monjas a través de medios tales como la creación de una institución de monjas en Tailandia en el templo Wat Bowom Nives. Las monjas pueden recibir educación hasta el nivel del Noveno Parien (el nivel más alto que pueden estudiar los monjes).
La mejora en la imagen de las monjas y su estatus son necesarias para ganar la aceptación pública. No debe haber monjas mendigando solas. Mientras tanto, las monjas deben ser bien educadas e informadas. Realmente, hay monjas muy capaces ahora. Su conocimiento sobre el Abhidhamma (el Dhamma de alto nivel) inclusive, es solicitado por los monjes.
La superación personal y la conducta digna son necesarios para corregir la imagen manchada.
Pero para ser sincero, los monjes tampoco están libres de la crítica debido a la conducta inadecuada. La imagen de los monjes también está contaminada, no sólo la de las monjas. Se requiere de mucho trabajo para corregir esto.
Aparte del propio mejoramiento de parte de las monjas, la sociedad, también, debe ayudar, especialmente en lo que respecta a las leyes. En la actualidad, el estatus de las monjas todavía no ha sido reconocido legalmente.
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