Un loto sagrado

La activista espiritual Susan Pembroke nutre el desarrollo de las bhikkhuni theravada en comunidades alrededor del mundo entero.

Publicado: 23/02/2010

Pase algún tiempo con Susan Pembroke y comenzará a preguntarse por muchas de las suposiciones hechas a menudo por los partidarios de la bhikkhunis, o monjas budistas plenamente ordenadas.
Algunas falsas concepciones comunes que tienen como aguerridas feministas que demandan igualdad de derechos y acusan a los bhikkhus de misoginia, los occidentales imponen sus conceptos sobre la igualdad de género y los derechos humanos en la cultura asiática, o son mujeres que simplemente la ordenación por el estatus.
En algunos casos, posiblemente en muy pocos, puede haber cierto grado de vedad en tales caracterizaciones. Pero aquí está uno para e cual ninguno de los anteriores aplica.
Pembroke es la fundadora y presidenta de Alliance for Bhikkhunis (AFB) (Alianza por las Bhikkhunis), una organización no lucrativa establecida en Estados Unidos cuya misión es apoyar el próspero desarrollo de las Sangha de Bhikkhuni Theravada en Estados Unidos y Tailandia. Mientras que la palabra "alianza" puede tener connotaciones marciales, Pembroke desprende una dulzura y calidez que pueden sentirse de inmediato. Tal vez se trate, en parte, de haber practicado meditación durante más de 20 años. Actualmente, se desempeña como instructora del Insight Meditation of Ventura, una organización de meditación en California, que también fundó.

Por su labor de apoyo al budismo, fue honrada en el 2.009 con el Premio Mujeres Eminentes en el Budismo. Llama la atención cómo es muchos aspectos en realidad parece tailandesa, a pesar de su cabello rubio. Habla en voz baja y muy diplomáticamente, y cuando ella saluda (coloca las manos en un gesto de respeto) a monjes y monjas haciendo una profunda reverencia de manera muy natural, no muestra rigidez o torpeza alguna que a menudo se ve en los extranjeros.

Debido a su delicadeza, inclusive, no es una persona muy tímida. Por el contrario, una expresión florar que parece más apropiada podría ser "magnolia de acero". O un loto de acero, por así decirlo. Pembroke y las demás bhikkhunis puede hacerlo con suavidad, un toque femenino, pero estas son mujeres que consiguen cosas hechas.

AFB ha crecido rápidamente en menos de tres años y ahora es una organización plenamente establecida sin fines de lucro con varios proyectos en marcha. Pero empezó muy modestamente, con un simple impulso humano para ayudar a alguien necesitado. En el 2.006, Pembroke aisistió a la conferencia anual convocada por Sakhyadhita, la organización mundial de mujeres budistas, y se reunión con la Venerable Rattanavalle, una bhikkhuni tailandesa. "Sentí una conexión inmediata con ella, y estaba muy impresionada con su sinceridad, integridad y compromiso con las mujeres que ayuda". También se reunió con otras dos bhikkhunis tailandesas, las Venerables Silananda y Dhammamita.

Preocupada sobre si estaban recibiendo suficiente apoyo, quería hacer algo para ayudar -incluso algo muy simple, como enviar dinero para su educación. Con el fin de recaudar dinero, tenía que establecer una [organización] sin ánimo de lucro en Estados Unidos. Y en cuanto regresó a Estados Unidos y lo estaba llevando a cabo, se preguntó, "¿Qué pasa con la bhikkhunis en Estados Unidos?"

Poner en marcha y dirigir una organización sin fines de lucro no es tarea fácil, pero Pembroke lo hizo a pesar de su apretado horario. Además de trabajar tiempo completo como psicoterapeuta, también dedica mucho tiempo a la meditación y la enseñanza y dirección en Insight Meditation Ventura.

Dice Pembroke en voz baja, "no hago esto porque no tenga nada que hacer. No puedo, a conciencia, fingir que no sé lo que sé y darle la espalda a las mujeres que son vulnerables".

Su motivación para ayudar a estas mujeres proviene, en parte, de un deseo por honrar a su maestra Ayya Khema. "Debido a la enorme gratitud que siendo por ella, siento un deseo sincero de ayudar a las bhikkhunis. Eso es lo que ella hubiera querido que hiciera. Murió hace unos años, pero esto era un objetivo muy importante para ella. Se preocupaba mucho por la igualdad de la mujer".

Ayya Khema, una de las más renombradas maestras del Dhamma en los últimos años, fue una alemana ordenada como una monja Theravada de diez preceptos en Sri Lanka en 1.979. Fundó varios centros budistas, incluyendo el Buddhist Women's Centre y el Parappuduwa Nun's Island en Sri Lanka donde las monjas podrían recibir una buena educación en el Dhamma. También coordinó la primera Conferencia Internacional de Monjas Budistas, que dio lugar a la creación de Sakyadhita. Aunque ya era muy respetada como monja de diez preceptos, Ayya Khema alimentó el deseo de ser plenamente ordenada, lo que finalmente fue posible en 1.987 en un monasterio chino en Los Ángeles.

"Se ordenó porque pensaba que esto ayudaría a su práctica", dice Pembroke. "Estaba esperando que la potenciara, le ayudara a desarrollar aún más su entendimiento, llegar a ser más hábil. Y su informe es que esto fue enormemente enriquecedor y útil".

"Para ella, y para otras mujeres con las que he hablado, ordenarse como bhikkhuni es una finalización -una inmersión de todo corazón. Darse a sí mismo por completo para ser ordenado es una experiencia alegre, feliz, satisfactoria, gratificante y completa, como si hubieses vuelto a casa. Tratando de ser algo diferente se siente extraña e incómoda. Se siente tan bien vivir totalmente la vida santa, el vehículo perfecto del Buddha diseñado para soportar la iluminación completa".

Una vez abierta tal posibilidad tanto para las mujeres como para los hombres, Pembroke señala que el Buddha puso un sincero cuidado y pensamiento al establecer reglas para proteger las bhikkhunis y asegurarse de que realmente podrían florecer espiritualmente. Por ejemplo, se prohíbe a los bhikkhus solicitar o tomar alimentos provenientes de las limosnas de las bhikkhunis.

"Pienso que el Buddha fue realmente revolucionario y radical al preocuparse por la igualdad de género hace 2.500 años. Es casi imposible para nosotros apreciar lo que un pensador avanzado y compasivo como lo fue el Buddha trabajó tanto en su vida por proteger a las mujeres. Por respeto y veneración al Buddha, recae sobre todos nosotros mantener aquel espíritu de protección a las mujeres".

Pembroke ve grandes vías para hacerlo más allá de resguardar los intereses de las mujeres comprometidas con una practica espiritual seria. "Cuando protegemos a las bhikkhunis, nos protegemos a nosotros mismos y a las generaciones futuras", reza el lema de AFB.

"La meta del Buddha fue no morir hasta que el sangha de bhikkhunis no estuviese establecido plenamente", continúa. "Quería que tuviéramos una asamblea de cuatro partes [de bhikkhus, bhikkhunis, laucos y laicas]. Dijo que sus enseñanzas no sobrevivirían a menos que las cuatro existieran.

"Para mí, ser una profesional entusiasta, una practicante sincera, me hace sentir que es mi obligación apoyar al sangha de bhikkhuni. Es así de importante. Para mí es una manera de mostrar gratitud sincera hacia el Buddha, por la enseñanzas que han sido tan transformadoras en mí".

Con un toque de travesura agrega, "Egoísta, como laica, es maravilloso tener practicantes dedicados que pueden meditar y estudiar durante horas. La mayoría de las laicas no pueden. Si alguna vez necesito a una, estaría feliz de que mi neurocirujano lo hiciera tiempo completo, y no periódicamente, cuando pueden obligados a la fuerza. El Canon Pali es algo grande. Quiero a estos dedicados "atletas espirituales" que pueden dar su esfuerzo de todo corazón".

¿Quiere ser ordenada como una bhikkhuni? "Oh, no!" responde inmediatamente con una carcajada. "No estoy diciendo que todas las mujeres deberían hacer esto. No creo que se trate de una talla única para todas. Muchas en realidad prefieren seguir siendo laicas o mae-chee por motivos muy válidos, y es muy importante respetar eso".

"Sólo quiero que las mujeres tengan la plena libertad de escoger. Por tanto, puedan decidir qué es mejor para ellas en función de sus necesidades, circunstancias y personalidad".

Peligrosamente, la falta de libertad plena puede reducir el conjunto espiritual que las mujeres se fijan. Dice Pembroke, "he tenido cierto contacto con mujeres de origen tailandés que tienen menores aspiraciones espirituales porque son mujeres, y esto se convierte en un problema para mí porque el Buddha vio a las mujeres como igualmente capaces de iluminarse. Hablaba muy abiertamente sobre las mujeres dotadas de su tiempo y las elogiaba".

Desde que el Sangha Theravada de Bhikkhuni fue re-establecido a finales de 1.990, una elección espiritual más plena está siendo restaurada. Pero muchas aún no la conocen, o no conocen su valor. Así, mientras AFB continúe con su trabajo original de proporcionar apoyo financiero y práctico a bhikkhunis y mujeres que deseen ordenarse en Estados Unidos y Tailandia, otra parte de su misión se ha convertido la educación.

AFB trabaja para informar a las mujeres sobre la disponibilidad y las ventajas de opción de bhikkhuni. También enseña a los laicos acerca del papel vital que las bhikkhunis desempeñan en la conservación y difusión de las enseñanzas del Buddha. Esto último es particularmente importante en Estados Unidos, donde el Budismo es muy secularizado y la vida monástica, masculina o femenina, es des-acentuada.

AFB tiene un sitio web diseñado para ser centro de intercambio de información sobre la historia de la bhikkhuni, noticias, investigación, y centros de formación, con enlaces a sitios web relacionados con la bhikkhuni alrededor del mundo. También publica *Present*, un boletín semestral sobre temas relacionados con bhikkhunis, con especial interés en volver a examinar críticamente las ideas concebidas acerca de las bhikkhunis que pueden ser imprecisas. Aunque el sitio web y el boletín son en inglés, la información está llegando a un público más amplio a través de reuniones sostenidas por Pembroke con líderes espirituales de diferentes países, quienes a su vez pueden hacer una mayor difusión.

De hecho, el movimiento de restablecimiento de las bhikkhuni es sumamente internacionalizado y está bien conectado en red. Cuando Pembroke envía un correo electrónico, la lista puede incluir bhikkhus, bhikkhunis, investigadores, periodistas y otras personas dedicadas a la cuestión de la bhikkhuni que viven en Estados Unidos, Tailandia, Australia, Nueva Zelanda y Europa. No obstante, aunque el círculo todavía es relativamente pequeño, hay un espíritu cálido de comunidad, cooperación y enriquecimiento mutuo.

Durante su reciente viaje a Tailandia, Pembroke fue capaz de contactar con una amplia gama de bhikkhuni tailandesas. Para continuar con la misión educativa de AFB decidió filmar un documental sobre las bhikkhunis Theravada. Junto con un estudiante de meditación y un amigo reclutados como camarógrafos, partió en una gira relámpago por lo centros de bhikkhunis en Nakhon Pathom, Samuk Sakhon, Rayong, Yasothon y Chiang Mai, y entrevistó a bhikkhunis, samaneris, mae-chees, laicos y a un bhikkhu. Luego, pasó dos semanas en Sri Lanka visitando sitios importantes relacionados con la historia de la bhikkhuni, tanto recientes como antiguos.

"Creo que la situación en Tailandia es muy dinámica", anota Pembroke. "Podría cambiar drásticamente en los próximos cinco a diez años. Este grupo de pioneras serpa históricamente muy importantes durante veinte a treinta años a partir de este momento, por lo que parece importante captar este momento de transición".

En sus entrevistas, Pembroke preguntó a las bhikkhunis sobre lo que consideraban que era necesario para que la reactivación del sangha de bhikkhuni tailandés tuviera éxito. "Muchas revelaban la pureza de su práctica las protegería. El sostenimiento del nivel más elevado de conducta es esencial si se quiere ganar la confianza de los laicos y los monjes".

Ella realmente cree que hay un lugar para las contribuciones únicas de las mujeres espirituales, para su entendimiento, perspicacia, gentileza y liderazgo amoroso. "Es importante que sus voces sean escuchadas", dice.

Reflexionando sobre su viaje, Pembroke más tarde escribió en la primera edición de *Present* "Al querer contar su historia, pensé que se trataba simplemente de registrar en la crónica el resurgimiento del Sangha de Bhikkhuni tailandés. Tardíamente, me sorprendí al darme cuenta de que lo que estaba observando iba mucho más allá. Fui testigo de la etapa inicial de la revitalización del budismo en Tailandia".