Bhikshunis chinas en la Tradición Ch'an (II)

2. Sutras que niegan la presencia de mujeres en la tierra del Buddha.
La escrituras de la Tierra Pura son las más destacadas en esta clase. Por ejemplo, el voto treinta y cuatro del 'Maha Sukhavativyuha-sutra' establece que:
Oh Bagavat, si, después de haber obtenido la Bodhi, las mujeres en los inmensurables, innumerables, inconcebibles e inmensos países del Buddha por todos lados después de haber oído mi nombre, deberían permitir que el desapego surja, no deberían dirigir su pensamiento hacia la Bodhi, deberían, cuando estén libres del nacimiento, no despreciar su naturaleza femenina, y si nacieran de nuevo, deberían tomar una segunda naturaleza femenina, entonces no puedo obtener el conocimiento perfecto más elevado". [6]
El 'Cula Sukhavativyuha' también declara explícitamente que no hay mujeres en la Tierra Pura. Aunque la posibilidad de nacer en la Tierra Pura no es negada a las mujeres, lo que se deriva de aquí es que la naturaleza masculina es necesaria para progresar en el camino del Bodhisattva en la Tierra Pura.

3. Sutras que aceptan a las mujeres como un estado menor de Bodhisattvas
La mayoría de los sutras mahayana caen en esta categoría. Esta incluye textos tales como el 'Saddharmapundarika', el 'Sumatidarikapariprccha', el 'Astasaharikaprajna-paramita', etc. En estos sutras las mujeres son mencionadas como "consejeras bien conocidas" o "buenas amigas" espirituales ('kalyanamitra'), pero están relegadas a las etapas más bajas del Bodhisattva. Para ser consistente con la visión Mahayana igualitaria hacia todos los seres sintientes, el tema de la transformación sexual ha sido introducido en estos sutras. si la virtud, el mérito y la sabiduría de una mujer son extraordinarios, puede, mediante un cambio de sexo, llegar a ser un Bodhisattva o un Buddha en su vida presente o futura. La transformación del género simboliza una transición desde la condición imperfecta de un ser humano representada por el cuerpo femenino hasta la perfección mental de un Bodhisattva y un Buddha representada por el cuerpo masculino. Así, en respuesta al desafío de 'Sariputra', quien representaba tradicionalmente la actitud negativa hacia las mujeres, la Niña Dragón en el Sutra del Loto, que es descrita como muy inteligente y habiendo penetrado dentro del Dharma más profundo, se cambia a sí misma por un Bodhisattva masculino y luego inmediatamente se convierte en un Buddha [7].
Aquí, la transformación del género de la mujer al hombre es un requisito previo para la realización de la budeidad de la Niña Dragón. Aunque el caso de la Niña Dragón demuestra la posibilidad de realización de la budeidad en una mujer, la noción de dicotomía, a saber, la noción de masculinidad y feminidad todavía existe.

4. Sutras que aceptan a las mujeres como Bodhisattvas avanzados y Buddhas eminentes.
El 'Vimalakirti Sutra' y el 'Srimala Sutra' pertenecen a esta categoría. En estos dos `sutras` la posición de las mujeres alcanza su pico más alto. Esta base doctrinal para esta culminación radica en las doctrinas Mahayana de 'sunyata' (vacuidad), 'Tathagatagarbha', no-dualidad, etc. En vez de tratar de identificar al hombre con el estado de Bodhisattva, los sutras de esta categoría atribuyen esto a las nociones de dualidad -ya sea, masculino o femenino, sujeto u objeto, etc.- que son simplemente apegos mentales contrarios a la enseñanza de la vacuidad. Las características de 'masculinidad' y 'feminidad' son simplemente ilusorias e irrelevantes. Sobre esta base, la Bodhisattva rechaza experimentar el cambio de sexo. Cuando Sariputra preguntó por su transformación, la Diosa en el Vimalakirti Sutra dijo, "He estado aquí durante doce años y he buscado las características innatas de la feminidad pero no he sido capaz de encontrarlas. ¿Cómo puedo yo cambiarlas?" [8]. Entonces la Diosa cambió a Sariputra en una mujer. Esto es para reforzar su afirmación de que toda persona y objeto trasciende las distinciones de género cuando se ve el mundo como vacío. Este punto de vista es ilustrado concretamente mediante la transformación de Sariputra.

Bhikshunis chinas en la Tradición Ch'an (I)

por Heng-Ching Shih

El espíritu de las doctrinas budistas mahayanas esenciales asume la igualdad entre hombres y mujeres, aunque en el plano mundano la posición de las mujeres budistas es inferior a la de los hombres budistas. La tradición budista china ch'an, siguiendo la enseñanza igualitaria de la mente única de la iluminación, aboga por la no-discriminación, el acceso universal al camino budista para todo ser sintiente, sea hombre o mujer.
No obstante, el status de las mujeres y sus capacidades espirituales no han sido mantenidos en alto en la historia budista como en la escuela china Ch'an. Aunque el Buddha reconoce que "las mujeres, habiendo ido adelante desde la vida hogareña hacia la vida sin hogar en el Dharma y la disciplina proclamadas por el Buscador de la Verdad, son capaces de realizar el fruto del que entra en la corriente o el fruto del que retorna una vez o el fruto del que no-retorna o la perfección" [1], las mujeres no han sido consideradas como iguales en el desarrollo espiritual en la literatura budista.
Las mujeres budistas en el Budismo temprano gozaban de una posición más alta que la de sus colegas posteriores, aún en numerosos textos tempranos budistas eran retratadas como celosas, estúpidas, apasionadas y llenas de odio. Los prototipos para la imagen negativa de las mujeres son las hijas de 'Mara', personificadas como Deseo, Codicia y Avidez. A los practicantes quienes fijaban sus cuerpos y mentes en el camino hacia la liberación se les aconsejaba mantener cierta distancia con las mujeres [2]. Se decía que las mujeres tenían cinco obstáculos, llamados ser incapaces de llegar a ser el Rey Brahma, 'Sakra', el Rey 'Mara', Cakravartin o Buddha. El cuerpo de una mujer es considerado impuro y vergonzoso. En la literatura Mahayana vemos una evolución gradual de un concepto positivo de las mujeres en términos de su sabiduría y práctica. Este cambio está basado en la doctrina y la filosofía del Budismo Mahayana. Mientras que la literatura pre-Mahayana representa las opiniones tradicionales de una institución monástica establecida dominada por los monjes, el Mahayana aboga por la figura del Bodhisattva que personifica el estado más alto de sabiduría y compasión en el cual toda discriminación sexual y social cesa de existir. Cada uno, hombre o mujer, monje o laico, es considerado como poseedor de potencial de Buddha. Sin embargo, la literatura Mahayana, al proponer una visión igualitaria, unánimemente no sostiene el status igualitario de las mujeres. El status espiritual de las mujeres es presentado de manera diferente de un sutra a otro dentro de la tradición Mahayana [3]. Hablando en términos generales, los sutras Mahayana que describen el progreso espiritual de las mujeres pueden ser clasificados dentro de cuatro categorías, ilustrando el mejoramiento gradual en las actitudes hacia las mujeres [4].

1. Sutras que sostienen una actitud negativa hacia las mujeres
En estos sutras las mujeres son descritas como la representación del mundo profano, 'samsara', y por tanto como obstáculos potenciales para el crecimiento espiritual. En el 'Udayanavatsaraja-parivartah' (El relato del Rey Udayana de Vastasa) del 'Maharatnakuta' leemos,
Las mujeres pueden destruir los preceptos puros.
Se retiran de conseguir méritos y honor.
Impidiendo a los demás renacer en el cielo,
Ellas son la fuente del infierno. [5]
El Ta-cheng Chou-hsiang kung-te ching ('Sutra Mahayana' sobre los méritos de hacer imágenes del Buddha) representa a las mujeres como de mente estrecha, celosas y odiosas. No perdonan ni retribuyen la bondad. Incluso si buscan la iluminación, no son persistentes. Es cierto que el Mahayana era más comprensivo hacia las mujeres, pero de todos modos el elemento misógino permaneció un poco en su literatura. Sin embargo, este prejuicio extremo contra las mujeres no es más la actitud predominante.

Notas:
[1] I.B. Horner, Tr. The Book of the Discipline, Pali Text Society, London, 1975, vol.5, p.354
[2] En el Sutra de las Cuarenta y dos Secciones, el Buddha dijo a los monjes, "Sean cuidadosos de no mirar a las mujeres. Si sucede que ellas los ven, no las vean a ellas. Sean cuidadoso de no habla con ellas. Si hablan con ellas, asegúrense de guardar sus mentes y modales.
[3] Han habido varios estudios sobre las mujeres budistas hechos por académicos en los últimos años. Los siguientes son tan sólo unos pocos. Dianna Paul, Women in Buddhism, Lancaster-miller, 1980. Rita M. Gross, "Buddhism and Feminism¡G Toward their Mutual Thansformation," Eastern Buddhist, no.1. (spring, 1986). pp. "Changing the Female Body¡G Women and the Bodhisattva Career in Some 'Maharatnakutasutra',Journal of the International Association of Buddhist Studies, 1981.
[4] Pual, Women in Buddhism, pp.169-171
[5] T. 11, p.543.