La "ida hacia adelante" y la entrada en la corriente

Texto publicado originalmente el 9 de septiembre de 2010
Por Ajahn Thanasanti


Lo que sigue describe el contexto y los eventos que condujeron a mi inesperada participación en la reciente ordenación de Bhikkhuni en el Monasterio del bosque Aranya Bodhi el 27 de agosto de 2010.

En marzo de este año me reuní con Ayya Tathaaloka de camino a la fiesta en celebración de los ochenta años de mi madre. Ya le había visto en los últimos años en numerosas ocasiones. En esta ocasión, su calidez, acogida y bondad son especialmente dignos de mención. Hablamos de varios temas y entre ellos estuvo la ordenación de Bhikkhuni. Le dije que sentía en que era el único camino a seguir para mi, en particular, y para las monjas en general, pero mis preocupaciones todavía eran acerca de cómo conducirse lejos del prejuicio en el Vinaya, y tener el apoyo suficiente para vivir el Vinaya en un nivel de integridad con el que me sintiera cómoda. En el momento de encontrarme con ella no tenía confianza en que la comunidad de Colorado Springs pudiera apoyarme para vivir con el Vinaya de la Bhikkhuni en el nivel de integridad que sentía necesario. Las normas de la Bhikkhuni sobre el aprovisionamiento y la manipulación de alimentos son más específicas que las que estaba siguiendo como una siladhara y requiere, sin lugar a duda, un apoyo mayor al del alojamiento que tenía en aquel tiempo en Colorado Springs. Después del encuentro con Ayya en marzo, no pensé más sobre la ordenación de Bhikkhuni. En mi mente, era algo que necesitaría para manejar en el futuro.

Recibí varios correos electrónicos así como tuve conversaciones con Ayya Tatthaaloka durante los meses siguientes, en cada uno revelaba su franqueza y sensibilidad. Con todo lo que ha estado sucediendo en la escena mundial con las monjas en estos últimos años, parece que todas hemos pasado por la trituradora de carne. De parte de ella, cada vez estaba más consciente de su interés en apoyar las monjas de la manera en que podía.

Supe que la ordenación de bhikkhuni se llevaría a cabo. Me alegré de que existiera acuerdo para que pudiese asistir como observadora.

Mi amiga y seguidora Terry Mandel me recogió en el aeropuerto de San Francisco. A la mañana siguiente nos dirigimos hacia el Monasterio del Bosque Aranaya Bodhi, conduciendo sin detenernos pasando por un desfile de mujeres rosadas desnudas. Las "damas rosadas desnudas" es el nombre de un lirio que florece con abundancia en California del Norte. Se llaman así, en parte, debido a su color y al hecho de que el follaje sale en otra época del año. Años atrás cuando vivía en California, era mi flor favorita. El día era soleado y claro, y llegué sintiéndome bien y feliz.

Sabiendo que Ayya Tathaaloka y la hermana Suvijanna, la samaneri que había estado entrenando con Ayya Tathaaloka durante los últimos años, habían estado indispuestas, llegué con tienda, saco de dormir y trajes de trabajo de modo que fuera tan autosuficiente como fuese posible y capaz de ayudar con los preparativos. Llegamos justo a tiempo para la comida. El placer de estar con hermanas era tangible, en la manera que podría ser reconectarse con su tribu. Esta era la primera vez que estaba con hermanas desde que dejé el Reino Unido. A pesar de que no me había encontrado con la mayoría de estas hermanas antes, el objetivo conjunto, la calma del entorno y la atención a las normas monásticas en el bosque despejaban el camino para sobrellevar la situación en un nivel personal. Inmediatamente me sentí como en casa.

Después de una cálida bienvenida y habiendo terminado la comida, Terry y yo fuimos a rendir respetos a Ayya Tathaaloka, que había tomado su comida por separado. Fue una conversación calmada y amistosa y me sentí a gusto conversando con ella. Mencionó que no había respondido a dos correos electrónicos que había enviado hace uno o dos meses -uno sobre Ajahn Pasanno, abad del Monasterio Abhayagiri, para asistir a la ordenación y el otro, una invitación a estar entre las hermanas a ser ordenadas! Le dije que no había recibido ninguno de ellos. Ella describió varios motivos por los cuales las hermanas apoyaban mi participación en la ordenación y por qué las postulantes querían que fuera ordenada antes que ellas. Me aseguró que esto todavía estaba vigente. Mis pensamientos entraron en caos y cálidas lágrimas corrían por mi rostro, tal como oía a Terry llorar junto a mí. La confianza, el respeto, la compasión, la flexibilidad y la inclusión eran abrumadores. Le dije que necesitaba tiempo para reflexionar sobre esta posibilidad.

Tenía exactamente una hora antes de que comenzara el ensayo que estaba programado, así que fui a sentarme entre árboles de secoya para sintonizarme con lo que estaba pasando. El barullo de años de preocupaciones, dudas y el camino a seguir eran la ciénaga enérgica que encontré primero. Cuando pregunté qué había abajo, rápidamente pasé por un lugar silencioso, claro, pacífico y alegre, y me quedé allí por el resto de la meditación. Me aparté hacía un lugar donde el discernimiento actuaba y revisé todas mis preocupaciones y dudas en contra de mi intuición. No había obstáculos y parecía claro que, independientemente de las consecuencias que podrían venir, había apoyo para lidiar con ellas. Comprendí que mi respuesta era “si” y, de repente, sin trabas, las lágrimas fluyeron.

Diez minutos antes de que comenzara el ensayo, caminé con calma hacia Ayya Tathaaloka y le informé mi decisión. Aunque no recuerdo lo que dijo, nunca olvidaré su radiante respuesta.

Ayya Tathaaloka me mantuvo fuera del sima, la plataforma de ordenación, ubicada en la yurta, mientras verificaba dos veces con Bhante Gunaratana, cada una de las bhikkhuni y las postulantes sobre mi decisión actual. Cierta preocupación ya había surgido en la comunidad laica. Temían que las hermanas de Saranaloka o Ajahn Pasano pudieran cambiar sus planes de asistir habiendo firmado los cinco puntos y todo lo que había sucedido con Ajahn Brahm al ser retirado de la lista del samvasa de Ajahn Chah por haber hecho parte de la ordenación de Bhikkhuni en Perth.

Como Ajahn Pasano era maestro de las postulantes, era importante que entendiera las ramificaciones y estuviera de acuerdo con la remota y poco probable coyuntura de que esto resultase exitoso. Lo que la comunidad laica no comprendía era que habiendo dejado deliberadamente el samvasa un año antes, las hermanas de Saranaloka y Ajahn Pasano no podrían estar implicados en mi inminente ordenación.

Fui invitada a entrar. En silencio tomé mi lugar junto a las postulantes con las hojas de recitaciones en mis manos.

Más tarde, Ayya Tathaaloka me explicó las extensas comunicaciones que se estaban dando al respecto de mi participación en esta ordenación desde que comenzó. Detalló los momentos en que el tema había surgido, que eran muchos, el más reciente fue durante los preparativos para la llegada de la comunidad monástica justo antes de la ordenación.

Ella tampoco quería asumir que cuando me sintiese lista para avanzar lo haría con ellas. Ayya Tathaaloka no me quiso presionar, pero me hizo saber cuán bienvenida era y cuánto las venerables Bhikkhuni apoyaban y abogaban por mí, junto con respetar y honrar mis necesidades. Por esta razón, cuando no hubo respuesta a su carta, no queriendo presionar, Ayya Tathaaloka no volvió a escribir de nuevo y volvió a preguntar al respecto.

Ayya Tathaaloka explicaba que esta el ambiente en el que anduve. Cuando Ayya Tathaaloka fue a asegurarse con Bhante Gunaratana, quería corroborar con él algo que ya habían discutido; y cuando Ayya Tathaaloka habló con todas las Bhikkhuni y las postulantes, era sobre algo que había ocurrido recientemente. La cálida y segura calidez, aceptación y apoyo tanto de Bhante Gunratana y los venerables, y las hermanas eran firmes. No conocía todos los detalles, pero sentía la calidez y acogida. Más que cualquier otra cosa, la calidez y la acogida hicieron que esta entrada fuera posible.

Comenzamos a las 3 pm y terminamos a las 8 pm. Para cuando terminamos estaba frío y era el último rayo de luz de la tarde. Las hermanas tenían frío y estaban cansadas y doloridas por la sesión. Unas enfermas y otras con mucho dolor. No hubo momento de ansiedad, mal genio, irritación o impaciencia. Incluso Ayya Tathaaloka estaba con mucho dolor. Y hubo muchas preguntas de parte de Bhante Gunaratana. En cada caso, la pregunta fue considerada y el tiempo gastado hasta que prevaleciera la clara comprensión. Ni una sola vez hubo para Ayya Tathaaloka algo que no fuera claro, aterrizado, amable y profundo. Sus habilidades de negociación y clara instrucción en el Vinaya eran evidentes, así como la dedicación con que había investigado los aspectos legales de la ordenación. Estaba impresionada.

Después del ensayo, dos de las hermanas mayores  se quedaron y cosieron dos uttarasanghas para hacer un sanghatti, uno de las vestimentas requeridas para la ordenación. Las otras hermanas ofrecieron trajes para confeccionar un nuevo juego completo (Aún no hay un almacenamiento de hábitos en Aranya Bodhi).

Yo aún no había establecido mi tienda. Así con la ayuda de otras dos volví a la oscuridad donde me quedaba y lo levanté, me deslicé entre el saco de dormir, y comencé a dejar ir las impresiones del día.

Entre estar sobre una cuesta, y enrollada, y esperando aprender un poco los cánticos no dormí muy bien o mucho tiempo, pero cuando llegó la hora de levantarse me sentía muy calmada.

La mañana de la ordenación volví con Ayya Tathaaloka con algunas preocupaciones que habían emergido. Era importante que entendiera y estuviera en capacidad de apoyar mi intención de alejarme del patriarcado y de todo lo que era perjudicial y parecía haber encajado dentro de la institucionalización de la vida monástica. Convino en que era necesario. Le pregunté sobre cómo lo manejaría si ella y yo tuviéramos diferencias de opinión; me dijo que estaba abierta a ello. En una ocasión anterior se había hablado sobre regresar a lo que ella pensaba como los principios de la vida en el Sangha, basada en una sociocracia antes que una jerarquía, un proceso comunitario donde las preocupaciones de todos tuvieran cabida, sin importar cuán joven se fuese, anulando la jerarquía por completo. Pero también mencionó cuán dispares eran las opiniones de las Bhikkhuni sobre lo que se necesitaba. Tomando el tema de la reverencia y la inclinación, describió el rango sólo para la presente ordenación. Señaló que era importante la amistad para permitir la diversidad, y que la amplia diversidad en las interpretaciones del Vinaya, era tanto sana como muy importante. Nuevamente, su respuesta alivió mis preocupaciones.

El día de la ordenación estaba listo, juntando los trajes, probándolos, y presentando a Ayya las preocupaciones venidas de varios lados. Le encontré y declaré repetidamente que si de alguna manera mi participación podía disminuir las bendiciones o favorabilidad del acontecimiento hacia Ayya Tathaaloka o su grupo, dimitiría de mi decisión.  Hablamos sobre cada una de ellas. Fue clara y específica en su manera de responder. Salí complacida de saber que no eran preocupaciones de Ayya Tathaaloka, ni que eran compartidas por las demás Bhikkhuni. Ayya Satima, madre de Priyan, quien es el vicepresidente del consejo de Awakening Truth, había estado presente en la audiencia en el remolque escuchando la conversación y más tarde me comentó que rezaba todo el tiempo para que yo no cambiara de opinión y me echara para atrás.

Realizamos una ordenación de samaneri antes de la ordenación completa con algunas Bhikkhuni y samaneri como testigos.

Memoricé la primera parte de los cánticos, conseguí todos mis hábitos y antes de la procesión dudé. Una vez más, durante quince minutos una enérgica confusión se asentó, por lo que me dediqué a conectarme con aquel  lugar desde el cual había surgido la decisión. No se relacionaba con el cántico, o estar bajo control, sino entregarse a una corriente, una enorme corriente benévola de un río o un océano, confiando en la bondad presente y encontrar una manera de vivir esta vida que era para el beneficio de todos los seres; la tierra, el mundo y otras personas y encontrar una solución a la situación miserable que había estado encontrando en mí misma. Tranquila de nuevo, y calmada, regresé al remolque donde las postulantes esperaban.

Ajahn Pasano había llegado y esta fuera en un área preparada para los Bhikkhus. Acaparó mi atención e hizo un anjali antes de que pudiera hacerlo, me dio dos pulgares levantados y me felicitó. Su voz y semblante expresaron únicamente apoyo, estímulo y amistad. Estaba contenta de verle, estaba encantada de que hubiese venido, y recordé que él había estado en mi ordenación de anagarika en 1989. Él no lo recordaba, pero esto no interrumpió su sonrisa. Él era el abad e Wat Pa Nanachat cuando estuve en 1988. En aquel entones había decidido convertirme en monja. Ajahn Pasano recordó.

Nos encaminamos al sima con el resto de la comunidad lanzando pétalos de flores y cantando ‘¡Sadhu!’ cuando entramos en él. Algunos pétalos se prendieron de mí, así que cuando fui a vestir los hábitos para la sesión cayeron sobre la estera.

A pesar de haber memorizado una parte de los cánticos con anterioridad, se había ido para cuando comenzó la ceremonia. Así, el cántico de las Achariyas gentil y amablemente apoyado por mí no lo pude recordar.  De vez en cuando me sentía nerviosa, pero sobre todo extrañamente tranquila. Era en verdad evidente después de la ceremonia: me sentía profundamente aliviada.

Que los monjes recitaran la confirmación con exaltación, placer y evidente regocijo era una experiencia única.  ¡De verdad!

En un primer momento después de la ceremonia, fui a hablar con las Ajahn Anandabodhi y Santacitta. Teníamos un tiempo para compartir y recibir bendiciones de cada uno.

Algunos se me acercaron después de la ceremonia con sus rostros exaltados  y muy afectados por mi manera de ser. Les manifesté que me sentía conectada con la tierra, pacífica y normal.

Al día siguiente me desperté sintiéndome tranquila. Durante el trayecto hacia el desayuno seguía diciendo: ‘se terminó, se terminó, se terminó’.  Progresivamente me iba sintiendo como alguien en un espacio profundo sin nave espacial y con toda mi vida apoyada sobre un poso. No era sostenible y no podía divisar una salida con la disposición que tenía y la complejidad que consideraba se requería para conducirme. En los últimos meses de indecisión, desesperación y confusión interna fueron muy difíciles. Días antes de llegar a California, escribí a un buen amigo y le dije que era como si mis juntas  se disiparan. Lo que ahora comprendo retrospectivamente es que interpretaba de un modo absolutamente personal lo que de hecho era una desintegración y todo lo relacionado con el vehículo en el que estaba. Habiendo vivido en él durante diecinueve años, me había identificado con él hasta tal punto que me parecía que me estaba desintegrando.

La situación insostenible en la que había estado terminaba! Un camino había surgido. Habían hermanas que compartían mi Vinaya al cual podía encaminarme, la comunidad y los recursos estaban disponibles para apoyar, sitios a los que podría visitar y ser “una del grupo” sin perder mi autonomía. Como una Bhikkhuni escribió: “Ahora tienes un enchufe de unión personal y directa a este linaje, no dependiente del poder de otros”. En una ordenación de Bhikkhuni viene de la Bhikkhuni que da la ordenación. Los monjes allí presentes deben confirmar la ordenación conferida por la Bhikkhuni. Ahora las ordenaciones más altas serían una pesadilla para conducirse, pero muy simple y franca. Tuve ganas de chisporrotear, como arroz caliente que es sumergido en un depósito alimentado por el fresco de primavera. “Encantada, calma y tranquila” no dan la textura adecuada para el cambio de terreno.

En cuanto a mis antecedentes, Ajahn Sumedho había pedido a Ajahn Sucitto crear un sistema de entrenamiento para la Siladhara cuando empezó hace casi treinta años, en 1981. La ordenación iba a ser una de 10 preceptos, pero la recitación fue preparada para preceptos de Bhikkhuni, Bhikkhu y samaneri y tenía 137 reglas, aunque algunas de éstas fueran una amalgama de dos o tres reglas en el Bhikkhuni Pattimokkha. Al principio, estaba inspirado con una intención noble de apoyar la aspiración de la mujer por la liberación engañando al mismo tiempo la controversia sobre la ordenación de Bhikkhuni. Esto se propuso para apoyar de manera suficiente a las hermanas en la práctica de la moralidad, la meditación y la vida en comunidad. Y durante la mayor parte de los últimos 30 años, en verdad sirvió en su objetivo. Pero dejó todas las Siladharas de Chithurst y Amaravati aisladas del resto de la comunidad budista. A pensar de que hay muchas monjas de 10 preceptos alrededor del mundo, nuestra estructura comunitaria y la manera en que vivíamos la vida se formó entorno a nuestra única recitación. Esto también significó que nuestro acceso a la tradición y el linaje fuera exclusivamente a través de los monjes. En los últimos dos años había sido cada vez más evidente que dentro de la Tradición Tailandesa del Bosque, la ordenación de la Bhikkhuni no era posible, dejando a las hermanas sin manera alguna de resolver el dilema que se había planteado en otras en un intento de forjar un nuevo camino, que yo había encontrado tan tremendamente difícil, o desvestirse, lo que tantas hermanas habían hecho.

Con la reducción de los valores patriarcales y la no participación en la toma de decisiones, dejé las afiliaciones formales a Amaravati y sus monasterios asociados en julio del año pasado. Deliberadamente me salí del samvasa (familia de monásticos), las hermanas con las que había convivido y pasado por muchas cosas ya no estaban con mi "comunidad" tampoco. Durante los últimos meses, se hacía cada vez más evidente que estaba en una trayectoria insostenible, como alguien en el espacio profundo sin una nave espacial: Me quedaría sin apoyo de por vida. Siendo una siladhara sin una comunidad de hermanas y ninguna otra siladhara en el mundo, estaba en un filo. Las noticias recientes de cuatro monjas más que se salían del samvasa o se desvestían los hábitos en un mes, exacerbaron mi propio sentido de aislamiento, enajenación y duda.

Ayya insistió en que me despidiera adecuadamente de ella antes de abandonar el monasterio, a pesar de haberla visto cuatro veces esa mañana. Quería estar segura de que hubiese un apoyo adecuado, me dio una calurosa bienvenida en Aranya Bodhi Forest Hermitage, iluminó que sería bien recibida en varios monasterios de Bhikkhuni de los que ella conocía, habló de las organizaciones de las que haría parte y de lo que significaba, preguntó sobre listar a Awakening Truth como un monasterio para el entrenamiento de Bhikkhuni en su web y algunas otras, y habló sobre las formas en que yo podría estar más al corriente sobre el Vinaya de la Bhikkhuni escuchando las grabaciones que había hecho durante el vassa. Claras, cuidadosas y cálidas, no olvidaba nada respecto a sus deberes como pavattini (preceptora).

Gwin está conmigo en Colorado e intenta entrenar como anagarika, una novicia de ocho preceptos. Su apoyo significa que estoy en capacidad de mantener el vinaya estándar en un nivel adecuado. Luego, el cambio es manejable ahora, mientras que antes de que ella llegara no lo había considerado. Habiendo aumentado el interés y el apoyo en Colorado Springs y personas dispuestas a ayudar, interesadas en hablar con una Bhikkhuni y obtener respuestas inteligentes a aspectos complicados del Vinaya, parece que la transición podría ser menos ardua de lo que había imaginado todos estos años.

Cuando reflexiono sobre cómo ocurrió esto, con la calidez, la espontaneidad, y un sentido predominante de buena voluntad y compasión, me recuerda lo que puede pasar cuando las mujeres están en buena relación con ellas mismas y con otras. Cuando tenemos la claridad de nuestro propio fundamento como condición fundamental, la energía fluye en consecuencia. En una comunidad donde las monjas no tienen un fundamento y autonomía claros, el desequilibrio deforma las relaciones. En tales contextos de división las relaciones entre las monjas pueden ser organizadas por el miedo, la competencia o una combinación, en vez de la solidaridad, la empatía, y la fuerza. Cuando considero la espontaneidad y la sabiduría evidente en la ceremonia de ordenación reciente de Bhikkhuni, -el sentido primordial de buena voluntad y compasión, así como la atención clara para detallar y los efectos que tenían sobre cada uno- realmente reconozco esto como lo que el Buddha quiso como una base cuádruple del Sangha para las bendiciones del mundo.

El nivel de alivio, comodidad y facilidad que siento es indescriptible. Es también significativo que la primera respuesta después de la ordenación de Ajahns Anandabodhi y Santacitta, hermanas que he conocido durante 17 años, (ahora hacen parte de Saranaloka), ha transportado el apoyo total, la alegría, y el alivio para el fin de la difícil situación en la que estaba. Más que nadie más en el mundo, ellas entienden.

Ordenación de Bhikkhuni en Aranya Bodhi Forest Hermitage

El 29 de agosto, nuestro grupo de apoyo a Dhammadharini celebraba su quinto aniversario con la ordenación de cuatro novicias en Aranya Bodhi Hermitage.
Fue un hermoso día y la culminación de años de esfuerzo de parte de tantos amigos laicos y monjes simpatizantes. También fue un nuevo comienzo tanto para las nuevas Bhikkhuni como para el budismo en Norteamérica, ya que ésta era la primera ordenación Theravada de Bhikkhuni celebrada aquí y realizada en su totalidad por el Bhikkhuni Sangha Theravada junto con el Bhikkhu Sangha Theravada. Alrededor de 200 amigos vinieron a celebrar y presenciar el evento, incluyendo eminentes maestros del Dhamma como Ruth Denison de Dhamma Dena Desert Vipassana, las Ajahn Anandabodhi y Santacitta de la comunidad de monjas Saranaloka; y Silvia Boorstien en representación de Jack Kornfield y toda la comunidad de Spirit Rock. Fue maravilloso tener tantos amigos en el Dhamma reunidos en el corazón de nuestra ermita del bosque, el área de la sala y todo fue decorado y adornado por los amigos de Deva Flowers Sumana y Apple. En medio de los cánticos de "sadhu, sadhu, sadhu", pétalos de flores esparcidos a larga fila de procesión de los monjes y las candidatas hasta que el gong sonó y en silencio caminaron hasta la plataforma de ordenación entre las filas de familiares y amigos.

Las que fueron ordenadas
La venerable Suvijjana había realizado su samaneri pabbaja en el pie de montaña adyacente a Awakening Forest durante poco más de dos años, y ha estado entrenándose con Ayya Tathaaloka en Dhammadarini Vihara, Bodhi House y Forest Hermitage durante los últimos cuatro años. La venerable Adhimutta fue ordenada como novicia por Ayya Tathaaloka y anterior a esto estuvo en Australia en el Monasterio del Bosque Santi donde entrenaba bajo la tutela de Bhante Sujato. La venerable Phalanyani ha entrenado como monja en Tailandia con Ajahn Suphan y Ajahn Noah Yuttadhammo en Wat Ram Peong y fue ordenada como samaneri por Ayya Tathaaloka en Awakening Forest. La venerable Thanasanti había sido samaneri por mucho más tiempo, tuvo su pabbaja con el venerable Ajahn Sumedho en Inglaterra hace diecinueve años.

El sangha que participó de la ordenación
Las venerables bhikkhunis ancianas Ayya Gunasari y Ayya Satima viajaron desde el Monasterio de Mujeres Mahapajapati in en Desierto de Mohave y desde Minnesota Buddhist Vihara, y la venerable Madika vino desde el Great Determination Hermitage en Ohio para completar el quorum del Bhikkhuni Sangha para la ordenación. Ayya Sudhamma y Ayya Sobhana, ambas entrenadas en Bhavana Society con Bhante Gunaratana (y, por lo tanto, tienen una excelente pronunciación de la lengua pali) se desempeñaron como Kammavacarinis o Acaryas de los cánticos de ordenación. Ayya Tathaaloka Theri, habiendo superado los doce vassas desde su ordenación, fue designada como pavattini o preceptora para la ordenación de sus estudiantes.
Una por una, las cuatro mujeres fueron ordenadas del lado del Bhikkhuni Sangha, mientras que amigos y familiares atestiguaron juntos sentados fuera de nuestra plataforma de ordenación.
Después de ser ordenadas por el Bhikkhuni Sangha, las cuatro bhikkhuni ordenadas de un lado, se acercaron a la asamblea del Bhikkhu Sangha para confirmar su ordenación para así completar el bhikkhuni upasampada.
Bhante Henepola Gunaratana, abad fundador de Bhavana Society y legendario maestro de Dhamma, fue el bhikkhu anciano presente y sirvió como el Ovadaka Acarya, que quiere decir él que tenía el honor de dar a las nuevas bhikkhunis su primera enseñanza del Dhamma después de su ordenación. Los abad de American Buddhist Seminary Temple en Sacramento y Buddhi Vihara en Santa Clara conjuntamente sirvieron como los bhikkhu Kammavacacaryas or maestros de los cánticos. El venerable Ajahn Pasano, abad del Monasterio budista Abhayagiri, Bhante Pannasara, Bhante Punnananda, Ajahn Yatiko, Bhante Wimalaratana y el venerable Varanyano Bhikkhu completaron el quórum para que el Bhikkhu Sangha terminara la ordenación.

Bhante Gunaratana dio una hermosa charla de Dhamma sobre el significado especial de que un Buddha haya nacido en el mundo y sobre su propia dedicación a la ordenación de mujeres en sus más de sesenta años de vida monástica. Habló sobre cuán alegre estuvo de que dos de sus estudiantes, las venerables Ayya Sudhamma y Ayya Sobhana, hayan servido como Acaryas para tan importante e histórica ocasión.
El venerable Bhikkhu Bodhi había grabado unas palabras de Anumodana en video para compartirlas con todo el mundo que en su ausencia no pudieron ser subidas, pero afortunadamente todas las bhikkhunis pudieron escucharlo en directo a través de Skype.

Después de la ordenación, varios amigos habían preparado varias bandejas para ofrecer Sanghadana a todo el Ubhato Sangha -la palabra que el Buddha usaba para la mayor bendición del todo Bhikkhu y Bhikkhuni Sangha juntos. Después del Sanghadana, todo el sangha, incluyendo bhikkhus, bhikkhuni, siladharas y anagarikas -y lo más importante, las nuevas bhikkhuni- recitaron versos en pali tradicionales para la bendición conjunta liderados por Bhante Gunaratana.

Un loto sagrado

La activista espiritual Susan Pembroke nutre el desarrollo de las bhikkhuni theravada en comunidades alrededor del mundo entero.

Publicado: 23/02/2010

Pase algún tiempo con Susan Pembroke y comenzará a preguntarse por muchas de las suposiciones hechas a menudo por los partidarios de la bhikkhunis, o monjas budistas plenamente ordenadas.
Algunas falsas concepciones comunes que tienen como aguerridas feministas que demandan igualdad de derechos y acusan a los bhikkhus de misoginia, los occidentales imponen sus conceptos sobre la igualdad de género y los derechos humanos en la cultura asiática, o son mujeres que simplemente la ordenación por el estatus.
En algunos casos, posiblemente en muy pocos, puede haber cierto grado de vedad en tales caracterizaciones. Pero aquí está uno para e cual ninguno de los anteriores aplica.
Pembroke es la fundadora y presidenta de Alliance for Bhikkhunis (AFB) (Alianza por las Bhikkhunis), una organización no lucrativa establecida en Estados Unidos cuya misión es apoyar el próspero desarrollo de las Sangha de Bhikkhuni Theravada en Estados Unidos y Tailandia. Mientras que la palabra "alianza" puede tener connotaciones marciales, Pembroke desprende una dulzura y calidez que pueden sentirse de inmediato. Tal vez se trate, en parte, de haber practicado meditación durante más de 20 años. Actualmente, se desempeña como instructora del Insight Meditation of Ventura, una organización de meditación en California, que también fundó.

Por su labor de apoyo al budismo, fue honrada en el 2.009 con el Premio Mujeres Eminentes en el Budismo. Llama la atención cómo es muchos aspectos en realidad parece tailandesa, a pesar de su cabello rubio. Habla en voz baja y muy diplomáticamente, y cuando ella saluda (coloca las manos en un gesto de respeto) a monjes y monjas haciendo una profunda reverencia de manera muy natural, no muestra rigidez o torpeza alguna que a menudo se ve en los extranjeros.

Debido a su delicadeza, inclusive, no es una persona muy tímida. Por el contrario, una expresión florar que parece más apropiada podría ser "magnolia de acero". O un loto de acero, por así decirlo. Pembroke y las demás bhikkhunis puede hacerlo con suavidad, un toque femenino, pero estas son mujeres que consiguen cosas hechas.

AFB ha crecido rápidamente en menos de tres años y ahora es una organización plenamente establecida sin fines de lucro con varios proyectos en marcha. Pero empezó muy modestamente, con un simple impulso humano para ayudar a alguien necesitado. En el 2.006, Pembroke aisistió a la conferencia anual convocada por Sakhyadhita, la organización mundial de mujeres budistas, y se reunión con la Venerable Rattanavalle, una bhikkhuni tailandesa. "Sentí una conexión inmediata con ella, y estaba muy impresionada con su sinceridad, integridad y compromiso con las mujeres que ayuda". También se reunió con otras dos bhikkhunis tailandesas, las Venerables Silananda y Dhammamita.

Preocupada sobre si estaban recibiendo suficiente apoyo, quería hacer algo para ayudar -incluso algo muy simple, como enviar dinero para su educación. Con el fin de recaudar dinero, tenía que establecer una [organización] sin ánimo de lucro en Estados Unidos. Y en cuanto regresó a Estados Unidos y lo estaba llevando a cabo, se preguntó, "¿Qué pasa con la bhikkhunis en Estados Unidos?"

Poner en marcha y dirigir una organización sin fines de lucro no es tarea fácil, pero Pembroke lo hizo a pesar de su apretado horario. Además de trabajar tiempo completo como psicoterapeuta, también dedica mucho tiempo a la meditación y la enseñanza y dirección en Insight Meditation Ventura.

Dice Pembroke en voz baja, "no hago esto porque no tenga nada que hacer. No puedo, a conciencia, fingir que no sé lo que sé y darle la espalda a las mujeres que son vulnerables".

Su motivación para ayudar a estas mujeres proviene, en parte, de un deseo por honrar a su maestra Ayya Khema. "Debido a la enorme gratitud que siendo por ella, siento un deseo sincero de ayudar a las bhikkhunis. Eso es lo que ella hubiera querido que hiciera. Murió hace unos años, pero esto era un objetivo muy importante para ella. Se preocupaba mucho por la igualdad de la mujer".

Ayya Khema, una de las más renombradas maestras del Dhamma en los últimos años, fue una alemana ordenada como una monja Theravada de diez preceptos en Sri Lanka en 1.979. Fundó varios centros budistas, incluyendo el Buddhist Women's Centre y el Parappuduwa Nun's Island en Sri Lanka donde las monjas podrían recibir una buena educación en el Dhamma. También coordinó la primera Conferencia Internacional de Monjas Budistas, que dio lugar a la creación de Sakyadhita. Aunque ya era muy respetada como monja de diez preceptos, Ayya Khema alimentó el deseo de ser plenamente ordenada, lo que finalmente fue posible en 1.987 en un monasterio chino en Los Ángeles.

"Se ordenó porque pensaba que esto ayudaría a su práctica", dice Pembroke. "Estaba esperando que la potenciara, le ayudara a desarrollar aún más su entendimiento, llegar a ser más hábil. Y su informe es que esto fue enormemente enriquecedor y útil".

"Para ella, y para otras mujeres con las que he hablado, ordenarse como bhikkhuni es una finalización -una inmersión de todo corazón. Darse a sí mismo por completo para ser ordenado es una experiencia alegre, feliz, satisfactoria, gratificante y completa, como si hubieses vuelto a casa. Tratando de ser algo diferente se siente extraña e incómoda. Se siente tan bien vivir totalmente la vida santa, el vehículo perfecto del Buddha diseñado para soportar la iluminación completa".

Una vez abierta tal posibilidad tanto para las mujeres como para los hombres, Pembroke señala que el Buddha puso un sincero cuidado y pensamiento al establecer reglas para proteger las bhikkhunis y asegurarse de que realmente podrían florecer espiritualmente. Por ejemplo, se prohíbe a los bhikkhus solicitar o tomar alimentos provenientes de las limosnas de las bhikkhunis.

"Pienso que el Buddha fue realmente revolucionario y radical al preocuparse por la igualdad de género hace 2.500 años. Es casi imposible para nosotros apreciar lo que un pensador avanzado y compasivo como lo fue el Buddha trabajó tanto en su vida por proteger a las mujeres. Por respeto y veneración al Buddha, recae sobre todos nosotros mantener aquel espíritu de protección a las mujeres".

Pembroke ve grandes vías para hacerlo más allá de resguardar los intereses de las mujeres comprometidas con una practica espiritual seria. "Cuando protegemos a las bhikkhunis, nos protegemos a nosotros mismos y a las generaciones futuras", reza el lema de AFB.

"La meta del Buddha fue no morir hasta que el sangha de bhikkhunis no estuviese establecido plenamente", continúa. "Quería que tuviéramos una asamblea de cuatro partes [de bhikkhus, bhikkhunis, laucos y laicas]. Dijo que sus enseñanzas no sobrevivirían a menos que las cuatro existieran.

"Para mí, ser una profesional entusiasta, una practicante sincera, me hace sentir que es mi obligación apoyar al sangha de bhikkhuni. Es así de importante. Para mí es una manera de mostrar gratitud sincera hacia el Buddha, por la enseñanzas que han sido tan transformadoras en mí".

Con un toque de travesura agrega, "Egoísta, como laica, es maravilloso tener practicantes dedicados que pueden meditar y estudiar durante horas. La mayoría de las laicas no pueden. Si alguna vez necesito a una, estaría feliz de que mi neurocirujano lo hiciera tiempo completo, y no periódicamente, cuando pueden obligados a la fuerza. El Canon Pali es algo grande. Quiero a estos dedicados "atletas espirituales" que pueden dar su esfuerzo de todo corazón".

¿Quiere ser ordenada como una bhikkhuni? "Oh, no!" responde inmediatamente con una carcajada. "No estoy diciendo que todas las mujeres deberían hacer esto. No creo que se trate de una talla única para todas. Muchas en realidad prefieren seguir siendo laicas o mae-chee por motivos muy válidos, y es muy importante respetar eso".

"Sólo quiero que las mujeres tengan la plena libertad de escoger. Por tanto, puedan decidir qué es mejor para ellas en función de sus necesidades, circunstancias y personalidad".

Peligrosamente, la falta de libertad plena puede reducir el conjunto espiritual que las mujeres se fijan. Dice Pembroke, "he tenido cierto contacto con mujeres de origen tailandés que tienen menores aspiraciones espirituales porque son mujeres, y esto se convierte en un problema para mí porque el Buddha vio a las mujeres como igualmente capaces de iluminarse. Hablaba muy abiertamente sobre las mujeres dotadas de su tiempo y las elogiaba".

Desde que el Sangha Theravada de Bhikkhuni fue re-establecido a finales de 1.990, una elección espiritual más plena está siendo restaurada. Pero muchas aún no la conocen, o no conocen su valor. Así, mientras AFB continúe con su trabajo original de proporcionar apoyo financiero y práctico a bhikkhunis y mujeres que deseen ordenarse en Estados Unidos y Tailandia, otra parte de su misión se ha convertido la educación.

AFB trabaja para informar a las mujeres sobre la disponibilidad y las ventajas de opción de bhikkhuni. También enseña a los laicos acerca del papel vital que las bhikkhunis desempeñan en la conservación y difusión de las enseñanzas del Buddha. Esto último es particularmente importante en Estados Unidos, donde el Budismo es muy secularizado y la vida monástica, masculina o femenina, es des-acentuada.

AFB tiene un sitio web diseñado para ser centro de intercambio de información sobre la historia de la bhikkhuni, noticias, investigación, y centros de formación, con enlaces a sitios web relacionados con la bhikkhuni alrededor del mundo. También publica *Present*, un boletín semestral sobre temas relacionados con bhikkhunis, con especial interés en volver a examinar críticamente las ideas concebidas acerca de las bhikkhunis que pueden ser imprecisas. Aunque el sitio web y el boletín son en inglés, la información está llegando a un público más amplio a través de reuniones sostenidas por Pembroke con líderes espirituales de diferentes países, quienes a su vez pueden hacer una mayor difusión.

De hecho, el movimiento de restablecimiento de las bhikkhuni es sumamente internacionalizado y está bien conectado en red. Cuando Pembroke envía un correo electrónico, la lista puede incluir bhikkhus, bhikkhunis, investigadores, periodistas y otras personas dedicadas a la cuestión de la bhikkhuni que viven en Estados Unidos, Tailandia, Australia, Nueva Zelanda y Europa. No obstante, aunque el círculo todavía es relativamente pequeño, hay un espíritu cálido de comunidad, cooperación y enriquecimiento mutuo.

Durante su reciente viaje a Tailandia, Pembroke fue capaz de contactar con una amplia gama de bhikkhuni tailandesas. Para continuar con la misión educativa de AFB decidió filmar un documental sobre las bhikkhunis Theravada. Junto con un estudiante de meditación y un amigo reclutados como camarógrafos, partió en una gira relámpago por lo centros de bhikkhunis en Nakhon Pathom, Samuk Sakhon, Rayong, Yasothon y Chiang Mai, y entrevistó a bhikkhunis, samaneris, mae-chees, laicos y a un bhikkhu. Luego, pasó dos semanas en Sri Lanka visitando sitios importantes relacionados con la historia de la bhikkhuni, tanto recientes como antiguos.

"Creo que la situación en Tailandia es muy dinámica", anota Pembroke. "Podría cambiar drásticamente en los próximos cinco a diez años. Este grupo de pioneras serpa históricamente muy importantes durante veinte a treinta años a partir de este momento, por lo que parece importante captar este momento de transición".

En sus entrevistas, Pembroke preguntó a las bhikkhunis sobre lo que consideraban que era necesario para que la reactivación del sangha de bhikkhuni tailandés tuviera éxito. "Muchas revelaban la pureza de su práctica las protegería. El sostenimiento del nivel más elevado de conducta es esencial si se quiere ganar la confianza de los laicos y los monjes".

Ella realmente cree que hay un lugar para las contribuciones únicas de las mujeres espirituales, para su entendimiento, perspicacia, gentileza y liderazgo amoroso. "Es importante que sus voces sean escuchadas", dice.

Reflexionando sobre su viaje, Pembroke más tarde escribió en la primera edición de *Present* "Al querer contar su historia, pensé que se trataba simplemente de registrar en la crónica el resurgimiento del Sangha de Bhikkhuni tailandés. Tardíamente, me sorprendí al darme cuenta de que lo que estaba observando iba mucho más allá. Fui testigo de la etapa inicial de la revitalización del budismo en Tailandia".

Dónde ubicar las mujeres

Por Phra Dhammapitaka
(Bhikkhu Payutto)

El respetado monje y académico Phra Dhammapitaka discute sobre el lugar de las mujeres en el Budismo y los retos que enfrentan, y qué tanto hombres como mujeres pueden hacer para marcar la diferencia.
Bangkok Post - Tailandia; Sept. 22, 2.001 - UNA HISTORIA DE SANTISUDA EKACHAI

Los llamados para re-establecer el Sangha como la contraparte femenina equivalente al estado de los monjes budistas nunca dejan de estar bajo la crítica severa de los conservadores, que los consideran una influencia del feminismo occidental. Pero la orden eclesiástica no puede posponer por mucho tiempo el considerar debidamente este asunto, teniendo en cuenta su deseo de obtener mayor aceptación en el proceso de "la expansión del Dhamma en Occidente".
Los argumentos en contra del re-establecimiento del Sangha de Bhikkhunis varían desde las demandas tradicionales sobre la desigualdad espiritual de las mujeres debido a su inherente "irracionalidad y sensibilidad” hasta lproblemas más concretos y prácticos de procedimiento.
De acuerdo con el budismo Theravada, que gobierna en Tailandia, el re-surgimiento de las Bhikkhunis es imposible simplemente porque no existen Bhikkhunis Theravada para ordenar y continuar el linaje que desapareció antes de que el Budismo fuese introducido en ese país.
Pero a medida que mujeres más educadas llegaron a interesarse por el Budismo, han traído nuevos cuestionamientos y desean que el clero los responda. Entre ellos: ¿Dónde se ubican las mujeres en el budismo? ¿Son las mujeres en realidad espiritualmente inferiores? ¿Cómo debería conducirse la lucha de las mujeres hacia la igualdad en las esferas religiosas? Y si el re-establecimiento de la ordenación de Bhikkhunis es imposible, ¿cuál es la mejor respuesta alternativa a las necesidades de las religiosas que desean vivir una vida ascética?
He aquí las opiniones de autoridad/autorizadas de Phra Dhammapitaka (P.A. Payutto), un respetado monje tailandés y académico budista, cuyo libro, Buddha Dhamma, es considerado una joya en la literatura tailandesa contemporánea budista.
Aparte de la controversia sobre las Bhikkhunis, el monje filósofo expresa sus opiniones sobre el feminismo y sus fortalezas y debilidades en términos del pensamiento budista. También aconseja sobre cómo la sociedad debería elevar la posición religiosa de las mujeres y cómo los movimientos sobre los derechos de las mujeres tailandesas deberían incorporar el pensamiento budista para abordar estos.
- ¿Cuál es el estatus de las mujeres en el Budismo?
Esto es obvio. Las mujeres, en el tiempo del Buddha, tenían un estatus inferior. Sin embargo, él estableció el Sangha de las Bhikkhunis como la contraparte del Sangha masculino. Eran iguales y profundamente respetadas. Por ejemplo, tenemos a Phra Moggallana y Phra Sariputta como los principales discípulos del Señor Buddha. En cuanto a las Bhikkhunis, también tenemos a Phra Khema y Phra Uppalavanna, cuya excelencia estaba a la par con la de los discípulos bhikkhus.
Existieron muchas otras Bhikkhunis sumamente capaces y sabias. Así, no existe duda alguna sobre la capacidad espiritual de las mujeres para alcanzar el Nirvana.
No obstante, si estudiamos el origen de las bhikkhunis, sabremos que éste no ocurrió sin dificultad. Y fue con gran renuencia que el Señor Buddha estuvo de acuerdo con la ordenación de mujeres.
El asunto sobre la ordenación de las mujeres debe ser visto en dos niveles, espiritual y social. Espiritualmente, el Señor Buddha reconoció, que las mujeres también pueden alcanzar el Nirvana y fue sólo por este motivo que finalmente ordenó bhikkhunis, aunque a un costo social. Socialmente, la ordenación de mujeres tenía el poder de debilitar el budismo porque hizo a esta religión, que aún era nueva en aquel momento, un blanco fácil de ataque.
También existen problemas especiales que surgen de la naturaleza misma de la feminidad que hacen que sea más difícil y peligroso para las mujeres vivir una vida ascética.
La gran cantidad de complicadas reglas y regulaciones para las bhikkhunis fueron formuladas en reconocimiento de estas dificultades. En la primera fase, las bhikkhunis vagaban solas por los bosques en busca de tranquilidad, como los monjes. Pero fueron atacadas. Entonces, el Señor Buddha tuvo que establecer reglas que requerían a las bhikkhunis vivir en templos junto con los monjes.
Debido a tales dificultades resultantes de factores sociales, el Señor Buddha tuvo que establecer varias precondiciones para las mujeres que querían ser ordenadas. Como yo lo veo, fue su propia cautela la que llevó a hacer comprender a las mujeres la dificultad que tenían por delante, y a asegurar la propia fuerza institucional de las bhikkhunis.
Históricamente, sin embargo, las bhikkhunis no duraron mucho. Esto pudo haber sido causado, en parte, por los desastres relacionados con la guerra que casi dsapareció los bhikkhu del subcontinente indio. En Sri Lanka, el linaje del budismo theravada también fue una vez casi cortado debido a las guerras con Portugal. Para continuar el linaje, tuvieron que convocar a monjes theravada tailandeses para realizar la ordenación.
Esta es la realidad histórica sobre la que tenemos que trabajar. Al comienzo, las mujeres podían ser ordenadas puesto que ellas, también, podían alcanzar la verdad última. Alguna vez tuvimos bhikkhunis que demostraron ser muy capaces.
- Hoy en día tenemos menos problemas en materia de seguridad y las mujeres disfrutan de un mejor estatus. ¿Qué cree que debería hacerse para ayudar a las mujeres que quieren dedicarse a la vida monástica?
Nuestros antecesores se enfrentaron a la misma pregunta. Por eso tenemos monjas como una alternativa. El estado de las monjas fue establecido para responder a la necesidad de mujeres religiosas que quisieran vivir sus vidas en la búsqueda de la verdad espiritual cuando no existía la ordenación de las bhikkhunis theravada.
Las monjas visten túnicas blancas y afeitan sus cabezas para distinguirse a ellas mismas de los laicos. Pero socialmente, no son vistas como iguales a los monjes.
Últimamente, sin embargo, la imagen de las monjas se ha deteriorado. En términos generales se piensa que las mujeres desconsoladas que buscan refugio o las desamparadas sin lugar a dónde ir, usan la vestimenta de las monjas como pretexto para mendigar.
Este es el problema que tenemos que solucionar. Tenemos que elevar el estatus de las monjas mediante ayuda educativa y fuerza institucional. O, podríamos optar por la creación de una institución totalmente nueva como lo hicieron nuestros antepasados cuando establecieron la vida monástica para las monjas.
En cualquier caso, incluso después de mejoras institucionales y educativas, las monjas, en la rama theravada, no pueden ser consideradas como iguales a los monjes. En cuanto a aquellos que están luchando por esa condición, aún queda la alternativa de la ordenación en la rama Mahayana. Ser una bhikkhuni todavía es posible.
- ¿Qué piensa usted sobre la pertinencia de plantear el asunto de las Bhikkhunis en la actualidad?
Es su derecho hacerlo. El problema es que si se ordenan en la rama Mahayana, serán tratadas como tales. Es como ser un monje budista chino en Tailandia. Pero no pueden utilizar la ordenación Mahayana para convertirlas en bhikkhunis bajo la observancia Theravada.
Aquí es dónde surge el problema. Como yo lo veo, debemos aceptar los hechos de manera realista. Si somos ordenados dentro de la fe Mahayana, que así sea. Debemos confiar en nuestras propias prácticas y comportamiento para obtener el respeto y el reconocimiento del público.
- Se ha informado que han habido algunos movimientos en Occidente para plantear esta cuestión y que los participantes se han contactado con algunos monjes de alto rango en Tailandia para pedir consejo.
No sé mucho sobre esto. He escuchado, sin embargo, que las mujeres también fueron ordenadas en templos, en Inglaterra, pero se les llama por un nombre diferente, no bhikkhunis. Este es uno de los esfuerzos para crear una institución que responda a las necesidades espirituales de las mujeres. Es como nuestro propio camino para las monjas pero ahora bajo nombres diferentes, tales como "Dasasila-Mata", que significa mujer con 10 preceptos, u otro grupo llamado "Sila-carini". Tales esfuerzos son normales. Donde existe una verdadera necesidad de parte de las mujeres de vivir una vida ascética y no pueden ser bhikkhunis, se establecen nuevas instituciones.
Hasta ahora, esta nueva institución no ha gozado de mucho éxito en Tailandia, pero éste podrá no ser el caso de Inglaterra, donde el entorno social es diferente.
La cuestión sobre las bhikkhunis es doble, involucra tanto la capacidad espiritual como la aceptación social. La falta de aceptación social y la situación de desigualdad implícita, no obstante, no afectan la capacidad espiritual de la mujer. En algunos lugares, donde las condiciones sociales son más favorables para las mujeres, la aceptación social de la ordenación de mujeres puede ser mucho más fácil.
- ¿Usted personalmente apoya la ordenación de mujeres?
Estoy de acuerdo con la creación de una institución adecuada. Creo que debería haber cierta reconsideración de este asunto si existe una necesidad real de parte de las mujeres de llevar una vida religiosa.
Sin embargo, esto no es algo que se pueda decidir a toda prisa. Se necesita una consideración prudente de todos los factores positivos y negativos.
-¿Qué considera que es mejor en términos de aceptación social, el camino de la monja o la creación de una nueva institución con un nuevo nombre?
El mejoramiento del camino de la monja es más eficaz en términos de aceptación social, puesto que sería la continuación de la tradición.
La situación en Tailandia y en el extranjero son diferentes. Por ahí se puede establecer una nueva institución porque todo esto es nuevo.
Pero sin importar cómo se llame, puede ser considerado como una nueva forma de camino para las monjas aunque no vistan túnicas blancas. En Tailandia, algunos grupos de monjas también visten hábitos azafrán. Pero esto sigue siendo visto como otro avance de la tradición de las monjas. Este sentimiento de continuidad de la tradición hace mucho más fácil ganar la aceptación del sector más conservador de la sociedad tailandesa.
Además, también deberíamos considerar si la creación de una nueva institución, aparte del estado de las monjas podría dar lugar a fraccionamientos posteriores y desarmonía. El mejoramiento institucional del estado de las monjas, no obstante, puede incluir tanto lo antiguo como lo nuevo y mantener la armonía religiosa.
¿En qué medida la jerarquía eclesiástica les ha prestado ayuda a las monjas budistas?
Las monjas han recibido muy poca ayuda oficial. Sin embargo, se han realizado esfuerzos para mejorar el estatus de las monjas a través de medios tales como la creación de una institución de monjas en Tailandia en el templo Wat Bowom Nives. Las monjas pueden recibir educación hasta el nivel del Noveno Parien (el nivel más alto que pueden estudiar los monjes).
La mejora en la imagen de las monjas y su estatus son necesarias para ganar la aceptación pública. No debe haber monjas mendigando solas. Mientras tanto, las monjas deben ser bien educadas e informadas. Realmente, hay monjas muy capaces ahora. Su conocimiento sobre el Abhidhamma (el Dhamma de alto nivel) inclusive, es solicitado por los monjes.
La superación personal y la conducta digna son necesarios para corregir la imagen manchada.
Pero para ser sincero, los monjes tampoco están libres de la crítica debido a la conducta inadecuada. La imagen de los monjes también está contaminada, no sólo la de las monjas. Se requiere de mucho trabajo para corregir esto.
Aparte del propio mejoramiento de parte de las monjas, la sociedad, también, debe ayudar, especialmente en lo que respecta a las leyes. En la actualidad, el estatus de las monjas todavía no ha sido reconocido legalmente.
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