Monjas reviven la tradición budista después de 1.000 años

Radio Free Asia, Marzo 21 de 2.006.

BANGKOK (Tailandia). Las mujeres en la tradición monástica budista, conocidas como bhikkhuni o monjas, están reviviendo gradualmente la tradición que ha estado inactiva por casi un milenio, aqunque los practicantes budistas dicen que sus esfuerzos encuentran poco entusiasmo en Birmania.

“Cuando indagué sobre convertirme en una bhikkhuni, encontré indicios en toda la investigación de que era posible recrear las bhikkhunis, y estuve gratamente complacida”, dijo la bhikkhuni birmana Daw Gunasari en una entrevista durante la ceremonia de premiación de las Naciones Unidas en honor al día internacional de la mujer.
En diciembre de 2.004, las autoridades birmanas detuvieron a otra bhikkhuni, Daw Thissawaddy, a su regreso al país después de haber escrito a la máxima autoridad budista, el Concilio Sangha Nayaka, pidiéndole por la práctica de las monjas –conocidas como bhikkhuni y aceptadas en las tradiciones singalesas del Buddhismo Theravada– para que fuese reinstaurada en Birmania, citando precedentes históricos.
Al preguntarle por la posición de su gobierno frente a la Orden, Daw Gunasari dijo: ‘Cuando dijeron que nosotras estábamos destruyendo las enseñanzas del Buddha, no teníamos la intención de causar desarmonía alguna en la comunidad monástica. Simplemente observamos las reglas y creemos estar en lo correcto”.
En efecto, todos los abades, si miraran con cuidado podrían observar que en todos los demás pueblos las bhikkhunis han sido aceptadas. Solo en este país no existen bhikkhunis. Sri Lanka las tiene actualmente. Tailandia está comenzando. Y así, Birmania será el único país sin ellas”.
“Es realmente triste cuando uno observa estas cosas. Lo que estamos haciendo actualmente no es destruir las enseñanzas del Buddha. Puede encontrarlas si busca la historia. Y así. No queremos argumentar mucho. No queremos decir nada. La historia mostrará que estamos haciendo lo correcto”, dijo ella.
‘Bhikkhu’ era el nombre que recibían los seguidores del Buddha durante su vida, sin considerar el género de la persona.
Tradiciones posteriores evolucionaron en tradiciones monásticas separadas para monjes y monjas buddhistas, concediendo por lo general a las monjas un estatus inferior y excluyéndolas de guiar a otros en actividades religiosas.
Daw Thissawaddy ha estado estudiando para un Ph. D. en filosofía religiosa en Sri Lanka y había sido ordenada allá como una bhikkhuni, dijo una monja colega al servicio birmano RFA.
Fue detenida después de regresar a la capital birmana, Rangún, en diciembre de 2.004 para asistir a la Cumbre Buddhista Mundial, a la que asistían buddhistas de todo el mundo.
Un abad birmano que vive y practica la religión en Tailandia dijo que la práctica de la ordenación femenina como monjes no debería permitirse.
“No se debe a una distinción de género”, dijo “Es como esto –por una razón, la orden de bhikkhuni desapareció… su mentor(a) no existe más”.
“Es porque la orden fue destruida. Lo miro según las reglas de conducta. No es mi opinión. Es la opinión del Buddha”, dijo el abad.
La Dr. Chatsumarn Kabilsingh, la única mujer tailandesa ordenada bhikkhuni, dijo , sin embargo, que el linaje se conservó de manera ininterrumpida. “Un grupo de bhikkhuni fue desde Sri Lanka a China y establecieron otra ordenación de bhikkhuni”, dijo ella. “El linaje está vivo”.
Daw Gunasari afirmó que muchos en Birmania no estaban interesados en el reavivamiento de las monjas debido a la falta de conciencia sobre la cuestión, más que un juicio informado.
“Ya que estas personas no conocen ninguna prueba histórica, si me dirijo a ellos tengo que mostrarles pruebas y hablar sobre ellas. Si no conseguimos una oportunidad para hacerlo así, no podemos hacer nada”.
“Sin embargo, sólo podemos explicar a aquellos que están dentro de nuestro alcance aquí, desde este país, desde un país occidental, tanto como podamos. No sentimos nada en contra de ellos. Tan sólo creo que esto pasa porque ellos no saben sobre este asunto”, dijo ella.


Traducción corregida por Sergio Logares.